Grado se blinda para frenar el brote
El cierre perimetral del concejo ya está en vigor y se mantendrá hasta el 25 de enero, así como la clausura total de los negocios hosteleros
JUAN VEGA
GRADO.
Martes, 12 de enero 2021, 02:22
«Tengo muy claro que nos van a cerrar el concejo y los bares». Son las palabras del hostelero Amado Llano varias horas antes de que el Gobierno del Principado de Asturias hiciese oficial ayer el cierre perimetral del concejo de Grado y el cese de la actividad de su hostelería hasta el próximo 25 de enero. Su objetivo: frenar el brote de coronavirus desatado en un local de ocio en Nochevieja, que ya suma 107 positivos y 271 contactos estrechos, que permanecen en aislamiento. La estimación de Llano no iba nada desencaminada, ya que el municipio moscón registra una tasa de incidencia del virus que es nueve veces superior a la del resto de la región, al copar 5 de los 22 brotes registrados. La situación, por tanto, no ha pillado por sorpresa a la mayoría de los vecinos de la localidad moscona, quienes aseguran que el recrudecimiento de las medidas «era cuestión de tiempo». «Estamos muy preocupados por la evolución de la pandemia. Las peores previsiones que teníamos se han cumplido», sostienen desde el Ayuntamiento.
A pesar de que el cierre perimetral del concejo y la clausura de los negocios hosteleros entra en vigor hoy mismo, las calles de la capital moscona llevan ya casi diez días desiertas. La evolución creciente de número de positivos ha confinado voluntariamente a la mayoría de vecinos. Especialmente, a los mayores. Es el caso de la suegra de Jesús Martínez, de casi 90 años, quien no sale de casa desde que saltó la noticia del brote: «Mi mujer y yo le llevamos la comida y aun así tenemos que mantener la distancia de seguridad. En la gente se ve mucha preocupación».
En una situación similar se encuentra Félix Menéndez, de 88 años, quien, por primera vez en casi una semana se acercó ayer a un banco de la plaza General Ponte, completamente vacía, para poder estirar un poco las piernas. «Los más mayores tenemos que ir donde no haya gente, y no hay gente en ningún sitio», comenta. Además, quiso advertir al resto de sus vecinos de que lo más importante para vencer a la enfermedad es la responsabilidad: «Tenemos que cuidar de nosotros mismos. Si no lo hacemos nosotros no lo va a hacer nadie». Con la misma edad y por la misma plaza, paseaba a su perro María Élida. La octogenaria valoró la decisión del Principado de no permitir las entradas y salidas del concejo, salvo por causa justificada. «Vamos a pique. Mis hijas me llaman constantemente para que esté pendiente y evite ponerme en situaciones de riesgo», comentó.
Mucho más combativo se mostró Carlos Rico, quien también está de acuerdo con el cierre perimetral ya que, piensa, «estamos viviendo una situación histórica, pero tenemos que darnos cuenta de que las personas que se están muriendo son nuestros padres y nuestros abuelos».
El ambiente en la villa cada vez está más caldeado conforme aumenta el número de contagios. Prueba de ello es que a primera hora de la tarde de ayer los bares vivían sus primeras discusiones entre vecinos, que, tras conocer la noticia, no se ponían de acuerdo sobre las ventajas y desventajas del cierre perimetral. La profesora de baile Ruth Huerga quiso desmarcase de las polémicas que, también, se están generando estos días e hizo especial hincapié en que «para poder avanzar tenemos que dejar de culparnos entre nosotros».
«Pedimos un mayor cribado»
La decisión del Principado de blindar el concejo no termina de convencer al equipo de gobierno local. Su concejala de Salud, Marta Pravía, matizó que «sí» entienden el cierre perimetral, pero que el Consistorio había solicitado que realizasen un cribado más general a la población: «Podría ser por grupos de edad, lo que está claro es que la gente va a seguir entrando y saliendo del municipio para trabajar».
También lamentó que se tengan que restringir los hábitos de la población local y que algunos de los peores escenarios que se contemplaban la semana pasada se hayan cumplido. «A falta de tener unas cifras oficiales sabemos que el virus ha comenzado a afectar a personas mayores y eso nos preocupa», constató.
Dada la situación, por último, demandó responsabilidad a todos los vecinos. «Los que no lo fueron en su momento que lo sean ahora».