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Dos estudiantes originarios de Turquía viajaron a Madrid para volver en avión a su país.

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Dos estudiantes originarios de Turquía viajaron a Madrid para volver en avión a su país. A. G.

«No me creo que por fin estemos juntos»

Las estaciones de tren y autobús fueron escenario de reencuentros largamente esperados

MARÍA CIDÓN KIERNAN

GIJÓN.

Lunes, 22 de junio 2020, 01:00

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La limitación de movimiento por la geografía española llegó a su fin ayer, jornada en la que los medios de transporte público de larga distancia registraron un lleno prácticamente total tanto para entrar como para salir de Asturias. Pero la emotividad de los reencuentros en tierras asturianas fue lo más destacado de un domingo cargado de idas y venidas en la recién estrenada nueva normalidad.

En la estación de autobuses de Gijón, Pedro Suárez esperaba con ansia a su novia, Carmen Bouza, coruñesa que vive y trabaja en la capital. «Son ya cuatro meses sin poder estar juntos», comentaba Suárez al filo de las 15.10 horas, cuando tenía prevista la llegada el ALSA. Después de un abrazo intenso, la pareja partió de la mano con una gran sonrisa «Uf... ¡todavía ni me creo que por fin estemos juntos!».

En el Alvia que llegó a la estación de tren de Gijón a las 17.21 horas, los abrazos se multiplicaban mientras algunos familiares tomaban vídeos y fotos de los recién llegados en el primer día de la nueva normalidad. «¡Cuánto tiempo! ¡Por fin en casa, hijo..!», eran algunas de las acogedoras frases con las que los asturianos recibieron a sus familiares.

El reencuentro entre Pedro Castro, que quedó atrapado en Madrid durante el estado de alarma, también fue muy esperado por su familia. Laura, su hija, le esperaba con ilusión y le abrazó fuertemente nada más poner los pies sobre el andén. Ella fue quien le advirtió para que comprara un billete en el primer ALSA que llegara a Gijón, contó emocionada por ver a su padre.

María Amparo Rodríguez fue recibida por su hermano en la estación de autobuses. La esperaba a pie de calle para estar preparado cuando el autobús se fuera acercando a la estación. Ella venía desde Valladolid en el autocar que comenzó su ruta en Madrid con última parada en Gijón. Rodríguez pasó tres largos meses sin poder ver a su familia.

Los asturianos que tuvieron que dejar la región ayer por motivos laborales, también esperaban reecuentros especiales en la capital. Una de las primeras pasajeras en salir de Gijón, Paula Meana, de 30 años, tenía un doble motivo para subirse al autobús que partió, con destino Madrid, a las siete de la mañana. En la capital le esperaba su novio y un nuevo trabajo como auxiliar de enfermería. Por su parte, el turco Ismail Yildiz, de 21 años, estudiante de la Escuela Politécnica Industrial (EPI) de Gijón, viajó junto a dos compatriotas hasta el aeropuerto Adolfo Suárez para regresar a su país.

El primer servicio de ALSA salió ya de Gijón casi completo, con todo el aforo disponible y la obligación de usar mascarilla durante todo el trayecto.

Los que optaron por el tren hasta la capital tuvieron que esperar hasta las 10.50 horas, cuando salió el primer Alvia. A esa hora 60 personas partieron de Gijón y 80 más se subieron en la estación de Oviedo. Aún quedaban plazas libres, pero fueron ocupadas en las siguientes paradas por tierras castellano-leonesas.

Javier Díez, programador informático de 22 años, volvía a la capital para trabajar, aunque no ocultaba que lo hacía con pocas ganas. «En Gijón se está muy bien, pero en Madrid con el calor...», se lamentaba en la estación, antes de subir al tren junto a su padre y hermana, que le habían acompañado para despedirle.

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