La crisis de suministro y la guerra de Ucrania dejan a Asturias sin vacunas del tétanos y la hepatitis B
Los profesionales de Atención Primaria tienen que recurrir, en el caso de la antitetánica, a alternativas combinadas para difteria y tosferina
Asturias se ha quedado sin vacunas contra el tétanos y la hepatitis B. Una situación de desabastecimiento que «afecta a todos los centros de salud de la región» y que «llevamos sufriendo desde hace ya un par de meses». A la espera de que se encuentre una solución a esta falta de suministro, los profesionales sanitarios de Atención Primaria, especialmente los equipos de enfermería, deben recurrir a alternativas de inmunización para dar cobertura a los pacientes que la necesitan.
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La vacuna del tétanos se administra tanto en edad adulta como pediátrica, dentro del calendario de vacunación y también cuando se producen cortes muy profundos o quemaduras graves. Se debe a que la bacteria que causa esta enfermedad, cada vez menos frecuente debido precisamente al uso generalizado de la profilaxis antitetánica, se introduce en el organismo a través de las heridas. Es muy común inocular esta vacuna, por ejemplo, cuando uno pisa un clavo o se hace un corte con un objeto punzante y metálico.
«A mi me tuvieron que poner una especie de sucedáneo porque no hay vacunas antitetánicas», cuenta una de las pacientes que se ha visto afectada por esta situción de desabastecimiento. Médicos de Atención Primaria precisan que «no se trata de un sucedáneo sino de una vacuna combinada, que sirve para la difteria, la tosferina y también para el tétanos». Por tanto, aunque se carece de la profilaxis específica, «los pacientes están cubiertos».
En cuanto a la vacuna de la hepatitis B, se suele administrar de forma preventiva a los dos, cuatro y once meses después de nacer. Esta enfermedad infecciosa, que afecta principalmente al hígado, se transmite por contacto con la sangre o secreciones de una persona afectada. A los trasplantados, pacientes de diálisis o enfermos de VIH, entre otros, se les recomienda vacunarse si no lo hicieron previamente, en la edad infantil. En algunos casos, incluso está indicada la inoculación de cuatro dosis, en lugar de tres.
Pero «ahora mismo en Asturias no hay vacunas de hepatitis B», según constatan profesionales sanitarios de la red de Atención Primaria, que atribuyen esta falta de stock «a la crisis de suministros, agravada ahora por la guerra de Ucrania». A finales de 2021, se produjo un colapso en el comercio internacional cuyas repercusiones se extienden hasta la actualidad. Problemas en la cadena de distribución ocasionaron un desabastecimiento generalizado que afectó a todos los ámbitos, desde el sector farmacéutico hasta el automovilístico.
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La huelga del transporte que España sufrió esta primavera y la invasión rusa de Ucrania -en curso desde hace dos meses y medio- no han permitido solventar con la rapidez necesaria los problemas de suministro existentes. La cuestión es que «no sabemos cuándo nos llegarán vacunas del tetános y la hepatitis B; ni siquiera si está previsto que llegue pronto una remesa», admiten médicos y enfermeras de los centros de salud.
La sanidad asturiana ya se encontró con dificultades para aprovisionarse de determinados fármacos y materiales en noviembre del año pasado, cuando en los hospitales comenzaron a escasear determinados tratamientos y artículos de laboratorio. Y en marzo, algunos centros hospitalarios incluso llegaron a restringir la realización de PCR para la detección del coronavirus por falta de hisopos, en este caso, a consecuencia de la huelga del transporte por carretera.
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