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El Peugeot 106 quedó destrozado en varios pedazos por la violencia de la colisión frontal en la que murieron tres personas. DAVID SUÁREZ

Cuatro fallecidos en dos accidentes de tráfico en el occidente en un día negro

Tres jóvenes trabajadores de un taller que iban a San Tirso de Abres mueren al chocar con un camión. Hora y media después, un motorista perdió la vida en Tineo

DAVID SUÁREZ FUENTE

TINEO / SAN TIRSO DE ABRES.

Sábado, 16 de junio 2018, 03:28

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Tragedia en las carreteras del occidente asturiano. Tres jóvenes trabajadores perdieron ayer la vida cuando regresaban al taller en el que estaban empleados en San Tirso de Abres. A la salida de una curva el turismo en el que se desplazaban impactó frontalmente contra un camión de transporte de mercancías. Dos de las víctimas murieron en el acto, mientras que la tercera falleció en la ambulancia en la que los sanitarios trataban de mantenerle con vida. El vehículo no llegó a abandonar la zona del accidente y sus familiares se enteraron de la noticia en el mismo lugar de los hechos.

La sala del 112 recibió el aviso del siniestro a las 15.51 horas y 93 minutos después atendió otra llamada con resultado trágico. En Tineo acababa de producirse una nueva colisión, esta vez entre un turismo y una moto. El conductor de este último vehículo era un británico que hacía turismo por la región y que pereció también en el lugar sin que pudiera hacerse nada para salvarle. Las desgracias dejan así familias rotas dentro y fuera de la región tras una jornada inusual. En toda Asturias en lo que iba de año se habían producido ocho fallecidos en accidente de tráfico fuera de poblaciones, registro que quedó pulverizado en apenas hora y media.

La dramática tarde comenzó en la carretera nacional 640, por la que circulaba un Peugeot 106. Dentro se apiñaban los tres mecánicos de Talleres Julio, empresa ubicada en Las Vegas (en el concejo de San Tirso de Abres). Tenían entre 23 y 35 años y cada uno su historia. Carlos Murias G., el más joven, residía en el centro de Vegadeo, en un barrio de viviendas próximas al río Suarón. Sus orígenes se remontan a la localidad de Añides (Castropol), de donde eran sus padres. Un infarto le había dejado sin su progenitor hacía unos años.

Paternidad reciente

Andrés Pardo B. era gallego. Vecino de A Pontenova (Lugo) de 30 años, acababa de ser padre hacía unos meses. El grupo lo cerraba Nico A. C. V., un uruguayo de 35 años que hacía unos días que había dejado atrás la provincia lucense para establecerse en Piantón (Vegadeo) junto a su pareja.

Los tres compañeros solían comer en el propio taller, pero habían tomado por costumbre hacer una excepción los viernes, alargar el final de semana laboral en Pontenova o Vegadeo. Ayer tocaba la villa asturiana. Salieron alrededor de las 13.30 horas de la empresa, cumplieron con la tradición gastronómica, y juntos estaban regresando a su puesto de trabajo.

Conducían por la N-640, vía que serpentea siguiendo el curso del Eo, con tramos que alternan suelo gallego y asturiano. El día había sido cubierto, con un orbayu constante que había dejado mojada la calzada, lo que exigía prudencia en un itinerario de constantes curvas y contracurvas. A unos 23 kilómetros de su destino, pasado ya Vilarbetote, en la zona conocida como Sesteira y donde se precintan los salmones, encontraron la desgracia. Al salir de una curva su viaje quedó interrumpido por un camión de transporte de mercancías de la empresa Transferga que circulaba en dirección contraria. A bordo iban el conductor y su esposa.

El impacto destrozó el turismo, fracturándolo en varios trozos, mientras el camión perdía todo su frontal pero salvaguardando a los ocupantes de la cabina, que resultaron ilesos. De inmediato acudieron al lugar el jefe de zona noroccidental del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) y bomberos de los parques de Barres y Grandas de Salime, además de patrullas de la guardia civil y ambulancias.

Al llegar encontraron los cuerpos ya sin vida de Carlos Murias y Nico, mientras que Andrés Pardo se encontraba muy grave. Los sanitarios lo trasladaron a la ambulancia donde aprovecharon el instrumental para tratar de estabilizarlo, pero no resultó posible. Falleció en el lugar, a pocos metros de sus compañeros.

La noticia del accidente corrió entre los móviles de la zona, sobresaltando a familiares, compañeros de empresa y la propia alcaldesa de San Tirso de Abres, Goreti Quintana; todos se desplazaron al lugar y pudieron calibrar una catástrofe que dejó la calzada sembrada de cristales y piezas del Peugeot. Los bomberos quedaron a la espera para excarcelar los cuerpos pero finalmente el levantamiento de los cadáveres se pudo realizar sin su intervención.

La investigación del suceso fue asumida por el Juzgado de Castropol. Los agentes de la Guardia Civil mantuvieron el tráfico cortado a camiones hasta las 18 horas, permitiendo el paso de turismo por turnos cuando lo permitían las maniobras del resto de los operarios. El lugar fue fotografiado por los especialistas de la Benemérita, que tomaron medidas también de la calzada y la posición de los vehículos para determinar el motivo del impacto.

La tragedia se prolongó a Tineo. Eran las 17.24 horas de la tarde en el pueblo de Arganza, cuando un motorista natural de Reino Unido perdía su vida. Sucedía a la altura del kilómetro cinco de la carretera TI-6, también conocida como la carretera del Puelo, pueblo cangués con el que comunica esta vía. El motorista, un ciudadano británico de 40 años que realizaba turismo por las carreteras de la región, colisionaba frontalmente contra un turismo tras invadir el carril contrario por causas que aún se desconocen. La fuerza del impacto terminó con su vida.

El fallecido recorría la zona acompañado por otro motorista, que no se vio implicado en el siniestro al viajar a una distancia suficiente. El coche contra el que colisionó era conducido por una mujer, que responde a las iniciales de M. F. M., de 46 años, vecina de Villarpadrid, en Tineo. Su marido, aún conmocionado por el suceso, señaló que su esposa iba acompañada por otro adulto y tres menores que, afortunadamente, resultaron ilesos.

Según apuntaron varios testigos, el motorista bajaba en la dirección en la que el turismo subía, sin que éste pudiese hacer nada para evitar el impacto. Conmocionados, los vecinos acudían al lugar donde los agentes de la Guardia Civil de Tráfico trabajan para esclarecer las causas que explican el siniestro.

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