Los Humanitarios premian a la Cocina Económica de Oviedo y José Antonio Anca

Los Humanitarios de San Martín de Moreda fallaron ayer sus premios, que llegan a su novena edición. El galardón 'Colmena de Oro a la Solidaridad' recayó en la Cocina Económica de Oviedo por su «trayectoria, desde 1888 hasta la actualidad, proporcionando alimentación sana y nutritiva a precio ínfimo a miles de ciudadanos». Pero en el argumentario del jurado también hubo más motivos para distinguir a la entidad: «Ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. De hecho, ha experimentado un desarrollo extraordinario en la última década con motivo de la crisis, un tiempo en el que ha sabido aportar orientación y asesoramiento a personas en riesgo de exclusión social y ha logrado adaptarse a las necesidades de colectivos surgidos en estos últimos años».

Ejemplo de su evolución y compromiso social es que en 2007 dio 59.426 comidas y cenas y seis años después, en 2013, triplicaba el número de menús, hasta llegar a los 155.000. La Cocina Económica de Oviedo sucede en el palmarés al centro Don Orione'Apoyo a las personas con discapacidad', de Posada de Llanes.

La segunda distinción, la Espiga de Escanda de Oro a la Tradición, fue a parar a José Antonio Anca, 'Toño', que «desde hace 30 años es un autodidacta generoso, desinteresado y excelente recopilador del patrimonio documental del concejo de Llanes». Su trabajo altruista, sostiene el jurado, beneficia a toda Asturias, pues ha recuperado casi 10.000 documentos, algunos tan relevantes y exclusivos que ya forman parte de la Filmoteca de Asturias. «Digamos que José Antonio sabe ver vestigios vivos de la historia de un pueblo en lo que otros tiran», señalaron los catorce miembros del jurado, quienes, con este premio, quieren ensalzar una labor que, a menudo, pasa inadvertida. Toma el testigo de la Asociación El Molín de Adela de Moreda, un antiguo molino de harina que se reconvierte en aula didáctica para mostrar una tradición que está a punto de perderse.

Si la 'Colmena de Oro' valora la dedicación de individuos, colectivos o agrupaciones que se caracterizan por su buen hacer en pro de las personas más necesitadas, la 'Espiga de Oro' reconoce a cualquier persona física, grupo o entidad cultural que se distinga por su esfuerzo en la recuperación, mantenimiento o difusión de la cultura tradicional asturiana.

El jurado admitió la dificultad de llegar a una decisión final gracias al alto nivel de las once candidaturas presentadas en esta novena edición.

El encuentro estuvo presidido por la responsable de la sociedad, Esperanza del Fueyo, quien aprovechó la ocasión para recordar que «el prestigio y divulgación de estos premios se debe a los galardonados y a los componentes de los jurados».

Los galardones nacieron durante la celebración del centenario de la sociedad, que se conmemoró hace ya un lustro, y se han convertido en todo un referente en la comunidad autónoma.