Los primeros visitantes del nuevo espacio expositivo del Pozo Sotón, dedicado a las barriadas mineras. J. M. PARDO

«Las barriadas mineras fueron el origen de muchas reivindicaciones»

El Centro de Experiencias y Memoria de la Minería del Pozo Sotón estrena un espacio dedicado a estas viviendas

MARTA VARELA

el entrego.

Domingo, 8 de marzo 2020, 01:24

En los años cincuenta, alejadas de los centros urbanos y de los servicios esenciales, se construyeron las barriadas mineras. Miles de trabajadores las poblaron y comenzaron a forjar «el sentimiento de orgullo de ser de barriada». «Vivíamos en ellas sin luz y con deficiencias en el saneamiento y el agua potable, por ejemplo, pero estábamos unidos y dispuestos a luchar». Así lo describía ayer Maricusa Argüelles, vecina de la barriada de Barredos (Laviana).

Publicidad

Uno de los puntos claves de estas viviendas era la cocina. «Allí se reunía la familia, charlábamos, hacíamos los deberes...», recuerda Argüelles. Una de esas típicas cocinas mineras, con su cocina de carbón, su bombo y demás elementos identitarios se ha recreado en un nuevo espacio expositivo en el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería del Pozo Sotón, que se puede visitar desde ayer.

En la muestra pueden contemplarse elementos como la máquina de coser a pedales. «Aquella máquina era muy importante, aprovechábamos todo, de dos sábanas viejas hacíamos una y si no, trapos para limpiar, incluso recuerdo hacer una falda con un paraguas», explicaba Flora Delgado, también vecina de Barredos.

Unas barriadas que según constata la historiadora Mónica García «han sido un ejemplo de integración, a ellas llegaron personas de distintos puntos de España y fueron el origen de muchas reivindicaciones». Y esas primeras reivindicaciones fueron protagonizadas por las mujeres. «Los hombre tenían miedo a ser castigados o despedidos, pero sus mujeres estábamos allí para ayudarnos. Nos pusimos al frente y caminamos hasta el Ayuntamiento con cubos para pedir mejoras en el agua, luego con velas para pedir luz que, curiosamente, ya había cuando regresamos», recordaba Argüelles.

Las mujeres de las barriadas fueron conscientes de que «para conseguir mejoras necesitábamos que se nos oyera, así que para tener la primera guardería, la primera biblioteca e incluso el apeadero de Feve, nos movilizamos», apostilla Flora Delgado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad