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Eliseo Valles y su letrado, Damián Suárez, en el gimnasio del centro comercial. A. F. G.

Resistencia ante la clausura de la galería comercial del valle del Nalón: «Yo no me voy»

El responsable del gimnasio se mantiene firme ante la empresa que gestiona la superficie de El Entrego y tras la marcha del resto de comercios

A. Fuente

El Entrego

Lunes, 31 de julio 2023, 19:40

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Pasaban pocos minutos de las diez de la mañana de este lunes y Eliseo Valles mantiene una conversación con su abogado, Damián Suárez, en el interior de su gimnasio ubicado en el centro comercial del valle del Nalón, en El Entrego. «Entiendo que tengo razón, que no me pueden echar de aquí porque tengo un contrato en vigor», afirmaba el responsable del recinto deportivo mientras asentía el letrado. Todavía no tenía decidido qué hacer, si aceptar la propuesta de la gerencia de la superficie comercial de irse sin más «y así cobrar la fianza que en su día abone –unos 3.000 euros–», o resistir. A los poco minutos afirmaba: «Pues nada, sé que me va a costar mucho dinero, pero yo me quedo, de aquí no me voy».

La galería comercial de esta superficie apenas tenía actividad; la administración de loterías, la lavandería, una franquicia de ropa y una distribuidora de telefonía móvil. El resto de los comercios, ya habían echado el cierre ante el anuncio por parte de la gerencia del establecimiento de clausurar, a partir de este martes día 1 de agosto, esta zona del recinto. Algunos han optado por trasladarse frente a la línea de cajas del hipermercado; otros han aceptado ofertas de traslado a otros municipios; y muchos, simplemente, han echado el cierre. Todavía se podía ver al personal de un establecimiento de calzado sacar material de su comercio. Los cines ya dejaron de operar el pasado abril.

«Pues yo abro», insistía Eliseo Valles a la puerta de su gimnasio. «Ya hemos reclamado en varias ocasiones una copia del contrato de arrendamiento sin recibir respuesta alguna», explicaba. ¿Por qué carece el afectado de este documento? Lo explicaba su abogado: porque el alquiler original fue firmado con otra sociedad al que él fue subrogado tras hacerse cargo del negocio, con el que lleva toda una década implicado. «Las renovaciones se hacían de manera tácita», añadía. No obstante, considera que está vigente y que no pueden cerrar el recinto «a su capricho».

Puede ocurrir que, en la mañana de este martes, cuando se disponga a abrir el gimnasio, se encuentre con las puertas cerradas. «Entonces tendremos que interponer una denuncia por coacción y habrá que llamar a la Policía Nacional», apuntaba Damián Suárez. Por lo pronto, Eliseo –que gestiona el gimnasio junto con su pareja– está informando a todos los usuarios que seguirá abierto. Pero el problema es otro, el goteo constante de cancelaciones de abonos. «Antes de la pandemia teníamos casi 700 usuarios que pagaban su cuota; antes del anuncio de cierre por parte del centro comercial, la cifra ascendía a unos 450. Ahora hay unos 200», apuntaba. Y eso tiene su consecuencia directa en el empleo: de 17 personas trabajando en el gimnasio a siete tras la crisis sanitaria. «Hoy solo estamos mi pareja, que acude unas horas, y yo».

Fondos mineros

«Me arrepiento de no haber cerrado con la pandemia», admite Eliseo Valles. Explica que había un proyecto inversor por parte del centro comercial para su impulso. Iban a destinar un millón de euros. «Yo, ante esa perspectiva, decidí aguantar todas las medidas impuestas, como los cierres perimetrales, que me dejaban sin abonados. Recurrí a créditos ICO para no echar el cierre. Pero todo se fue al garete».

Al responsable del gimnasio y el abogado mantuvieron un encuentro con ediles del Ayuntamiento, Manuel Reinoso –de la Agrupación de electores de San Martín– y José López y Jonathan García –de Arranca San Martín–. Recordaban que el recinto comercial «no fue un regalo» de la empresa instalada; señalan que se financió en parte con fondos mineros –la inversión total fue de 55 millones de euros– y salió a licitación con el compromiso de crear empleo y favorecer que el comercio local se instalara en la galería. «Hubo años (desde el 2003) en que funcionó muy bien, pero lo dejaron morir», lamenta el letrado. Los ediles se quejan de «falta de implicación» por parte del nuevo equipo de gobierno local del PSOE.

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