Miguel Fernández, Ramón García Piñeiro, Rubén Vega, Irene Díaz y José García. Mario Rojas
Medio siglo del fin del franquismo

Encuentro internacional sobre investigaciones del franquismo: «En un momento de repunte de la extrema derecha en el mundo, es vital conocer el pasado»

50 años de la muerte de Franco ·

Miguel Fernández Turuelo, investigador predoctoral en el área de Historia Contemporánea explica que es esencial mantener viva la memoria colectiva del pasado «para cimentar nuestra visión del mundo de una manera razonable y justa»

Soraya Pérez

Oviedo

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 14:54

Han pasado ya 50 años y aún es imposible borrar de la memoria colectiva de los españoles la época oscura que se vivió con el franquismo (1939-1975) que terminó con la muerte de Francisco Franco. Nadie puede olvidar esa época de violencia y represión política, que incluyó ejecuciones, torturas y exilio, y afectó a más de 130.000 personas. También generó un trauma social y una ruptura democrática al suprimir las libertades civiles, culturales y educativas, y dejó un legado de desapariciones forzadas, con miles de personas enterradas en fosas comunes, cuyos restos aún no han sido exhumados e identificados.

Publicidad

Es por este motivo que se celebra la duodécima edición del 'Encuentro internacional sobre investigaciones del franquismo', que arrancó este miércoles en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo y se extenderá hasta el viernes.

Uno de los ponentes de las mesas de debate es Miguel Fernández Turuelo, investigador predoctoral en el área de Historia Contemporánea, que estudia las disidencias sexuales y de género en la época franquista. El investigador se mostró visiblemente preocupado por el contexto social político que se vive a nivel mundial. «Creo que merece la pena que la sociedad conozca su pasado. Especialmente en un momento de repunte de la extrema derecha en todo el mundo, donde todas las libertades se ven seriamente amenazadas», afirmó.

Añadió que en este tipo de encuentros «trabajamos con el pasado de una forma científica, pero pretendemos también informar sobre esa consciencia colectiva, ya que, «resulta esencial mantener viva la memoria colectiva del pasado para cimentar nuestra visión del mundo de una manera razonable y justa», explicó el historiador.

En el encuentro participan investigadores de un altísimo nivel como Rubén Vega García, Irene Díaz, José García, Ramón García Piñeiro, Aida Villa, Noemí Díaz, Alba González, Patricia Suárez, Belén Moreno, entre otros.

Publicidad

Ramón García Piñeiro aseguró que este año «la efeméride tiene especial relevancia. Por una parte, se celebra el medio siglo del final de la dictadura, una de las más crueles de la historia, y después está la conmemoración de los 50 años de la muerte de Franco. Lamentablemente el franquismo no murió con Franco, porque hoy en día seguimos viendo como la extrema derecha sigue creciendo en el mundo», destacó.

Añadió que «en una mesa como la que yo coordino, que es la mesa de represión, si cotejamos las investigaciones que se presentaban hace 15, 20, 25, 30 años con las que se presentan ahora, te das cuenta de que los focos de atención con el tiempo van variando y asuntos que se trataban hace 20 años, casi por todos los investigadores, hoy día ya prácticamente han desaparecido. Sin embargo las nuevas generaciones van abriendo nuevos contenidos y nuevos trozos de interés. Y para ellos es una experiencia que les pone en contacto con investigadores que trabajan sobre asuntos que están conexos, establecen lazos personales y les ayuda a completar, reorientar o matizar sus investigaciones», relató García Piñeiro.

Publicidad

Disidencia sexual

En la mesa de represión que compartieron Fernández y García Piñeiro, también se abordaron temas como la disidencia sexual en el franquismo, que fue reprimida mediante la penalización legal y el control social, especialmente tras la reforma de la Ley de Vagos y Maleantes en 1954, que incluyó la homosexualidad como una categoría de «peligrosidad social». Esto llevó a la creación de expedientes, detenciones y persecución de personas consideradas disidentes, incluyendo la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social de 1970, que amplió la represión, aunque la homosexualidad fue despenalizada en 1978. «Las autoridades elaboraron informes y expedientes sobre individuos homosexuales y otras personas disidentes, utilizando a la policía para identificar y vigilar a quienes no se ajustaban a las normas de la época», explicó Miguel Fernández.

El deporte como mecanismo de control

Fernández comentó, además, que una de las acciones que caracterizó al régimen de Franco fue su esfuerzo por conseguir «la desmovilización política de la sociedad. Por el contrario, el deporte como espectáculo de diversión fue utilizado para alimentar una subcultura de masas, carente de preocupaciones políticas e intelectuales. El deporte, sobre todo el fútbol dada su gran difusión, favorecía, por la vía del entretenimiento y la evasión, la integración social y la desmovilización del país, objetivos políticos del nuevo régimen», subrayó.

Publicidad

Construcciones durante el franquismo

También en la mesa 'la cultura del franquismo', sus ponentes Aida Villa, Noemí Díaz y Alba González recordaron que la arquitectura de este periodo se caracterizó por combinar gigantismo arquitectónico con fines ideológicos y de propaganda, junto a una fuerte expansión de la vivienda y las infraestructuras básicas para el desarrollo del país. En Asturias, algunos de los ejemplos más emblemáticos de la arquitectura franquista incluyen la Universidad Laboral de Gijón (un símbolo arquitectónico del régimen), la Ciudad de Vacaciones de Perlora (un proyecto de turismo social), y, en el ámbito educativo, «el Colegio Mayor de Santa Catalina, en Valdés, que era sólo de mujeres, o el Colegio Mayor de San Gregorio, que era sólo para hombres», destacaron.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad