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Dos orcas ante una embarcación de Salvamento Marítimo en el Estrecho de Gibraltar, donde es habitual su presencia. LV
Orcas en la costa de Llanes

Más de 600 encuentros con orcas en la costa española desde 2020

En los últimos años se ha incrementado de forma notable la presencia de estos cetáceos en el norte, donde acuden en busca de alimento. El último caso se ha dado en la costa de Llanes esta semana

Olga Esteban

Gijón

Sábado, 26 de julio 2025, 18:31

En Asturias había habido avistamientos, pero ninguna interacción hasta ahora. Como ha ocurrido en el País Vasco. Pero en otros territorios están ya ... muy acostumbrados a que las orcas se acerquen a las embarcaciones, que interactúen e, inclus,o que ocasionen daños, principalmente en el timón. De hecho, desde el año 2020, primera vez que se registró un comportamiento que los expertos consideran «disruptivo», se han documentado más de 600 interacciones, con contacto físico o sin él. La mayoría se han producido en el Golfo de Cádiz y el Estrecho de Gibraltar, donde en algún momento incluso se ha llegado a limitar la navegación. Pero en los últimos años la presencia de las orcas es habitual también en el norte. El primer incidente registrado en Galicia fue a finales de agosto de 2020, pero en los últimos dos o tres ejercicios su presencia se ha incrementado de forma notable. El último incidente ocurrió el pasado jueves, cuando un velero tuvo que ser remolcado hasta Llanes tras toparse con un grupo orcas que le causaron daños en el timón.

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Este aumento de encontronazos lo confirma a EL COMERCIO el gallego Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. «Desde hace dos o tres años hay muchos cetáceos en general, no solo orcas». ¿El motivo? «Hay mucha comida, no vienen de vacaciones, vienen buscando alimento y hay mucho. Además, ha aumentado su capacidad de reproducción y de supervivencia», explica. La presencia es tal que la Xunta de Galicia ha facilitado una aplicación para que todos los navegantes puedan informar sobre los avistamientos. De hecho, las autoridades piden a todos los navegantes que informen y documenten siempre, en la medida de lo posible, las interacciones.

Otero confirma otra cuestión conocida: las orcas 'prefieren' interactuar con los veleros y su pieza más codiciada es el timón. Según datos del Grupo de Trabajo Orca Atlántica-GTOA, la mayoría de las embarcaciones con las que se interactúa son veleros, tanto monocascos (72%) como catamaranes (14%), aunque también se observan interacciones con lanchas a motor (6%), semirrígidas (5%) y pesqueros (sólo un 3%). De todas estas embarcaciones, el tipo de timón más común fue el de pala (en el 67% de los casos), seguido del semisoportado (en el 22%) y por último el abisagrado (apenas el 1%).

El incidente de la costa llanisca fue precisamente con un velero, como lo habían sido las dos interacciones que han tenido lugar en los últimos días en el País Vasco. En una de esas, y también en la de Llanes, los golpes provocaron daños en el timón y fue necesario el servicio de remolque para llevar las embarcaciones a puerto. Según los datos que ha recopilado GTOA en el 40% de los casos, las embarcaciones con las que interactuaron las orcas no tuvieron consecuencias, daños o perjuicios.

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Pero ¿por qué empezaron las orcas a tener este comportamiento? Después de cinco años de observación e investigación no hay una explicación única, sino dos hipótesis. La primera es que se trate de un simple juego que comenzaron a hacer los ejemplares más jóvenes, un movimiento de 'ensayo-error' que luego han ido repitiendo. La segunda hipótesis plantea que los golpes sean la consecuencia de una mala experiencia previa con un velero, aunque se desconoce cuál pudo ser.

Sea como fuere, se trata de un comportamiento único de las orcas que habitan el litoral peninsular. En otros lugares hay avistamientos e incluso puede haber interacción (como seguir a los barcos) pero nunca hay contacto físico, como sí ocurre en la península, donde han llegado a provocar el hundimiento de algunas embarcaciones.

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«No es sólo el susto y el miedo, es que la avería puede ser importante»

Víctor Montero fue durante años director del Puerto Deportivo de Gijón y responsable de regatas tan importantes como Le Figaro. Conocedor de la mar y de las embarcaciones de vela, sabe de lo que se habla cuando se trata de orcas, aunque él no haya avistado nunca ninguna. Pero conoce de cerca la experiencia. Su sobrino, Nacho Montero, navegaba en un velero de la Armada que fue golpeado por varias orcas en Galicia en el verano de 2020. Fue el primer incidente registrado en el Norte. De hecho, fue ese año cuando empezó a darse este comportamiento hasta entonces inaudito en las orcas.

Montero habla de las consecuencias que puede tener un encuentro como el que tuvo un velero en la costa de Llanes este jueves. «No es solo el susto y el miedo que puedes pasar, con animales tan grandes y de tanta velocidad, es el peligro que supone que un velero quede sin timón y, por lo tanto, sin gobierno. Y que la avería puede ser muy importante».

Posiblemente los navegantes que se encontraron con 'Gladis' y las demás orcas el jueves pasaron por ese mismo susto. Porque todo hace indicar que el grupo que ha actuado en aguas asturianas es el mismo que lo había hecho previamente en el País Vasco. No todas las orcas interactúan con contacto físico con las embarcaciones, y los expertos le han dado el nombre de 'Gladis' a las que sí lo hacen. Puede haber, por tanto, varias. En la medida en que se les va identificando, se les va poniendo apellido. Está por ver qué 'Gladis' ha llegado a Asturias.

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