Estudiar en casa por miedo a la covid
«Mi hijo, asmático, tarda el doble en recuperarse de una gripe», dice la madre de un niño de 12 años que no va a clase porque «no es seguro»
OLGA ESTEBAN
GIJÓN.
Jueves, 29 de octubre 2020, 01:25
Éste tendría que haber sido su año. El paso de Primaria a Secundaria es siempre importante y además iba a hacerlo tras un curso fatídico, el del confinamiento y las clase virtuales. Pero A. no ha ido al instituto, ni ha conocido a sus nuevos compañeros y profesores. No ha tenido ocasión de comprobar cómo es ese paso a la etapa de 'mayor'. Porque su familia tiene miedo a la covid. Mucho. Y ha optado por dejar a sus hijos en casa. Son una de las cientos de familias asturianas que han reclamado que la vuelta a las aulas fuera voluntaria mientras la pandemia no esté controlada. Se han organizado en redes sociales, en grupos de whatsapp, han enviado cartas a las administraciones... Pero la postura oficial está clara: la asistencia a clase es obligatoria. Todo lo demás, sin contar con un certificado médico, será considerado absentismo. Inspección anunció que vigilaría estas situaciones.
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María José Hidalgo es la madre de A., de 12 años, y de una pequeña de 5 años. Con la niña «no hay problema, no presionan, porque no es obligatoria la escolarización hasta Primaria», y aún estaría en Infantil. Sea como fuere, esta familia gijonesa lo tuvo claro: «Decidí no mandarlos al colegio. Están estudiando en casa desde el primer día». Pero lo hacen por su cuenta, «con la ayuda de la madre de un compañero, que nos manda los deberes día a día». También, «con un profesor 'online' que he contratado para las materias en las que a mi me cuesta más ayudarles». Y, finalmente, con material didáctico de todos los niveles que los grupos de familias comparten en todo el país.
Peligro para toda la familia
María José justifica su miedo. «El niño es asmático. Traté de explicar que cuando los asmáticos tienen la gripe tardan el doble o el triple en recuperarse. No quiero pensar si coge el coronavirus», explica su madre. «Además, mi suegro y mi madre son viudos. Soy la única que puedo cuidarlos, y pasan temporadas con nosotros. Mi madre tiene 76 años y varias patologías. No podemos poner en peligro a toda la familia porque los niños vayan a un centro donde no existen las medidas apropiadas». María José admite que colegios e institutos «han hecho todo lo posible» por hacer de las aulas lugares seguros. «Pero no cuentan con todos los medios necesarios. Una cosa es la teoría y otra la práctica. En clase hay 25 alumnos más el profesor».
«Nos tratan como a delincuentes, cuando lo único que hacemos es preocuparnos por nuestros hijos»
En estos casos, los centros no pueden hacer nada. La orden de consejería es clara. «Los profesores me dicen que me comprenden, pero no se trata de comprensión, sino de responsabilidad, de sentido común y protección a los niños y a sus familias. Los profesores intentan hacer lo mejor posible, pero en una clase con 25 es difícil». Ella, como otras madres y padres, reclama «rebajar las ratios, instalar filtros HEPA, habilitar espacios más amplios».
Esta madre ha intentado conseguir un justificante médico que permitiera a su hijo recibir educación telemática de forma oficial, pero no lo ha logrado. «Se lo pedí a la pediatra, que también nos comprende, pero así no arreglamos nada. Dicen que no pueden emitir ese justificante ni dar la orden para que no vayan a clase». En realidad, sí hay alumnos con patologías que tienen dicho justificante.
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Las familias como la de María José se hacen eco de las últimas declaraciones de la consejera de Educación, Carmen Suárez, en las que decía que «debemos modernizarnos, que ya no es la época de la tiza y el papel. Pero nos obligan a seguir con las clases presenciales. Sé lo importantes que son, claro. Pero estamos viviendo una pandemia».
«No somos absentistas»
María José es consciente de que su hijo va a ser considerado un alumno absentista. «De momento no he sabido nada de Inspección y espero que no me digan nada... con la que está cayendo... De todas formas no tengo problema en que venga y vea cómo estudia mi hijo. Nos acusan de absentistas cuando estamos más preocupados que ellos por la educación de nuestros hijos». Los suyos, dice, siguen en casa el mismo horario que tendrían en clase, y por la tarde hacen los deberes. «Para nosotros está siendo duro, una pesadilla. Claro que tenía ilusión por ir al instituto. Claro que sé lo importante que es socializar. Pero lo primero es estar sano. Y encima hay que luchar contra la Administración, como si fuéramos delincuentes, cuando lo único que hacemos es preocuparnos por nuestros hijos».
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Dice esta madre gijonesa que hay más familias en Asturias en la misma situación. Y otras que, como la de Yolanda, «al final hemos cedido». Sus hijos llevan apenas una semana asistiendo a clase. «Los estaba formando en casa, me pasaban las tareas. Pero las evaluaciones iban a quedar pendientes... La Administración no ha dado ninguna facilidad». Yolanda no se niega a que sus hijos vayan al colegio pero «lo que quiero es que si el Gobierno está tan seguro de que las aulas son seguras me lo dé por escrito, que lo firme» «¿Por qué tengo que exponer a mis hijos para que se eduquen? Los dejo en el colegio y cruzo los dedos... Al final, los junto con 60 familias».
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