«Cuando nos dicen que algo es 'sin gluten', tiramos de preguntas 'trampa'»
IX Jornada Celíaca. El colectivo hace hincapié en las dificultades para comer con garantías fuera de casa
Donde has hecho estas patatas, ¿fríes también las croquetas?». «¿Has usado la misma plancha donde hiciste los sándwiches del desayuno?». Son algunas de las «preguntas ' ... trampa'» que muchas personas con enfermedad celíaca se ven obligadas a hacer cuando comen fuera de casa en algún local que promete estar sirviéndoles comida sin gluten. «A veces pides una tapa de jamón, viene con picos de pan y cuando le dices que eres celíaco o sensible al gluten los quitan delante de ti y creen que ya no pasa nada», relata la presidenta de la Asociación Celíaca del Principado de Asturias (Acepa), Elena Díaz, encargada de inaugurar ayer junto al vocal del comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio, Antonio Corripio, la IX Jornada Celíaca de la Fidma. En ella la nutricionista de Acepa María Ayuso impartió una conferencia sobre dietas sin gluten y el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (Face), Álvaro Manzano, presentó un análisis estadístico sobre la realidad de este colectivo.
Manzano apuntó que aunque las estimaciones señalan que «entre un 1% y un 2% de la población son celíacos», un 80% de ellos están sin diagnosticar, lo que supone que «están enfermando día a día por no ser conscientes de que tienen que llevar una alimentación adecuada, más cuando para nosotros la alimentación es nuestra medicina». Por eso uno de los retos que se marca la entidad es que aumente el número de diagnósticos, «pues cuanto antes sepas que eres celíaco, mucho mejor para tu salud», y para ello es «muy importante que todo el colectivo médico esté concienciado para poder detectar casos no solo en las consultas de digestivo, sino en la de cualquier otro especialista». Manzano recordó a este respecto cómo una enfermedad celíaca no diagnosticada «incide en una mayor problemática de otras enfermedades asociadas del ámbito neuronal, óseo o de tiroides».
Entre quienes sí son conocedores de su situación, el estudio presentado ayer señala cómo una de las principales preocupaciones es «la incertidumbre a la hora de salir a comer fuera de casa», en el ámbito de una cultura como la mediterránea en la que además «todo lo celebramos con la alimentación. El celíaco se enfrenta siempre a un problema de adaptación social pensando 'qué voy a comer'» . Elena Díaz apuntó que cuando se compran productos envasados en una tienda, no existen problemas más allá de tener que hacer frente a «una dieta cara», porque «todas las fábricas tienen unos controles de calidad exhaustivos y existe una normativa muy clara sobre cuando se puede poner en un producto 'sin gluten' –no puede superar los 20 miligramos por kilo–. Pero en el ámbito de la restauración, y en otros lugares como panaderías o pastelerías, siguen encontrándose dificultades. «Con lo de la declaración de alérgenos, en muchos sitios te dicen sin más que tal producto no lleva trigo o no lleva cebada. Pero no tienen en cuenta el contacto cruzado». Es entonces cuando «tenemos que hacer las preguntas 'trampa'», que en ocasiones derivan en renunciar al plato servido por no ser apto para su salud.
«Al final todo se basa en la confianza y en que los establecimientos estén asesorados», remarcó Álvaro Manzano. Por eso desde estas asociaciones se impulsan, indicó Elena Díaz, «protocolos de restauración sin gluten que permiten trabajar con cualquier producto elaborado en panaderías, obradores, pastelerías y restaurantes», cada vez con más locales adheridos.
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