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Juan Díaz, saboreando un café Arnaldo García
Fidma 2025

«En la Feria de Muestras los clientes se llevan auténticos carros de café, casi para todo el año», apunta el CEO de Oquendo

La empresa, que en esta edición de la Fidma registra un repunte de las bebidas frías y presenta sabores nuevos, detecta más cultura cafetera entre quienes acuden a un estand que lleva desde 1986 repartiendo sus icónicos globos

Jueves, 14 de agosto 2025, 22:22

Juan Díaz (Gijón, 1977) lleva desde hace seis años las riendas de Cafés Oquendo. Con sede en Llanera, en el polígono de Silvota, y casi 40 años de trayectoria, presenta la compañía como «una empresa cercana, flexible y que se acerca con mucha rapidez al mercado. Somos muy proactivos». Prueba de ello es que en esta edición han vuelto al estand atendiendo peticiones.

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–750.000 visitantes y 50.000 consumiciones en barra en 2024. Datos nada descafeinados. Llegaban con el listón muy alto.

–Veníamos con muy buenas expectativas, pero también con los pies en la tierra después de un año como el pasado. Sin embargo, si tenemos en cuenta los primeros once días de Feria, hemos vendido un 50% más en tienda y un 15% más en barra. Una auténtica barbaridad.

–¡Un 50% más en tienda!

–Vemos que viene gente a la Feria y compra el café no para todo el año, pero casi: marcha con auténticos carros y bolsas. Como si fuera al hipermercado e hiciera la compra para todo el mes. Pues algo similar, pero pensando que no van a volver a comprar hasta el año que viene o como si no tuvieran opción de comprar en otro sitio.

–De las sugerencias que les hicieron los clientes el año pasado, ¿'tuestan' ideas para este? ¿Cuáles han tomado color?

–Nos pedían los matcha y algún chai y los hemos incorporado. Y en el café para llevar hemos cambiado los formatos de un cuarto de kilo, porque la unidad de venta que la gente reclamaba era medio kilo. Entonces, hemos modificado el envase y hemos traído más formatos de medio que de un cuarto.

–Hablaba antes de ese repunte del 15% en barra...

–En cafés el número es muy similar al de 2024, pero tenemos un repunte tremendo en bebidas frías: tés fríos, combinados de café y granizados, a los que hemos sumado también nuestra gama de chai latte en frío con cuatro sabores nuevos: el de vainilla, el de cúrcuma, el de especias (pica un poquitín más que el de cúrcuma) y el de matcha.

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–¿Cuesta más captar la atención del cliente? Cada vez hay una mayor cultura cafetera. La gente sabe más.

–Sí, hay un incremento exponencial de los últimos diez años para acá. Ya no es un 'ponme un café' sin más. Es un café con una leche vegetal, con menos azúcar... Detectamos así que el torrefacto se consume poco o nada. La tendencia es hacia cafés más suaves, con más acidez, más dulces y con menos azúcar. Y eso se traslada a lo que demanda la gente, lo que consumen las cafeterías cada vez más... La tendencia es hacia cafés de mayor calidad. Van desplazando al torrefacto a pasos agigantados. Incluso hay quien viene por un 100% arábica bio, que ya es un extremo en cuanto a calidad y sabor, mucho más suave que un 70% natural-30% torrefacto, un 60%-40% o un 80%-20%.

–¿Y a qué atribuye este 'boom'?

–Tras la pandemia y las máquinas superautomáticas que se compraron entonces, la cápsula ha ido quedando relegada. La gente va a los supermercados o a las tiendas especializadas a comprar cafés o incluso los pide por internet. Cafés de Colombia, de Ruanda, de Brasil, de Etiopía... Llevan a casa paquetes de grano, ajustan la molienda, el gramaje de crema de la leche.... En definitiva, se hacen su propio café y adquieren cierta especialización.

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–¿La subida de precios en general está justificada?

–Hay un incremento en el origen de dos años para acá. Y muy importante, porque ha habido dos problemas con los dos principales países productores (Vietnam y Brasil). Me refiero a problemas de producción y de escasez tremendos. En el caso de Vietnam ha habido tifones que han asolado prácticamente el 50% de la cosecha del año pasado, con lo cual, hasta que no se vea qué pasa con la siguiente, hay una enorme escasez de un café muy demandado. Y en Brasil las sequías han provocado un efecto similar. Entonces, ante un crecimiento brutal en el consumo de países como Rusia y China –con alzas de doble dígito cada año– y este recorte de producción, se produce la tormenta perfecta para que los precios se disparen al final. El café es, además, un producto que cotiza en bolsa.

–Los globos de Oquendo no pueden faltar...

–No hay nada que lo sustituya (sonríe). Llevan con nosotros desde 1986, el primer año que vinimos a la Feria. Es lo único, junto con la estructura, que no ha cambiado. Hemos pensado en hacer cosas distintas, pero es el globo es inamovible.

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–Cuentan en el estand con personal especializado.

–Hay catorce chicas. Diez días antes reciben formación en la fábrica. Se les enseña a hacer cafés, cremar la leche... A trabajar el producto. Y todos los días tenemos un barista de Oquendo que reajusta máquinas y les da un pequeño repaso. De lo que se trata es de que quien toma un café repita, que tenga un café perfecto.

–En 2026 serán 'cuarentañeros'. Se han internacionalizado y tienen tienda 'online'. ¿Qué ve cuando echa la vista atrás?

–Sobre todo los cambios que ha experimentado la planta, con tres plantas de oficinas, y hemos llevado toda la logística a otra nave igual de grande en el polígono, con la idea incluso de ampliarla con otra de aquí a un par de años.

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–¿Planes para el nuevo curso?

–Nuestro reto es seguir creciendo en hostelería todo lo posible, consolidarnos en alimentación y dar el salto a algún país nuevo.

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