«Mahrba al zoco marroquí», escapada a un mundo de alfombras y babuchas
Artesanía. Bisutería, cuchillos, objetos de cuero e instrumentos musicales llenan un pabellón que lleva al Magreb con solo cruzar una puerta
Bruno Corbeiras
Lunes, 12 de agosto 2024, 02:00
Aunque la Fidma, fiel a su condición de 'internacional', ofrece productos de diversas partes del mundo, hay un rincón que siempre cautiva a los visitantes, ... a los que sumerge con tan solo cruzar una puerta en el zoco de Marrakech. Son los puestos artesanos que en el pabellón 1 acercan al recinto ferial la esencia y tradición de Marruecos, algunos de ellos con una larga trayectoria en el certamen. Es el caso del estand que comparten Mohammed Jallali y su hijo Omar, con productos muy diferentes –joyas, piedras del desierto y bisutería variada en la parte que ocupa el padre y productos textiles en el lado del hijo– pero el mismo aroma al Magreb.
«Venimos todos los años, desde hace veinte, porque en Gijón gusta mucho la artesanía marroquí y se valora el trabajo artesanal», destaca Mohammed. Y explica que entre lo que más se vende están «los pendientes con corales de color turquesa», aunque también ofrecen «corales de un color rojo chillón que destacan por la noche, pulseras con la mano de Fátima para que den suerte y cajas de maquillaje de ojos tanto para hombre como para mujer». Asegura que «la cultura de Marruecos es muy rica y gusta mucho porque es muy diferente a la española». Anillos por 10 euros, pendientes por 5, cuchillos por 70... «En la Fidma tenemos un importante porcentaje de clientes», señala este comerciante, que trabaja con metales variados, como la plata, pero también con piedras del desierto.
«Da suerte para tener hijos»
Su hijo Omar trabaja en el mundo de las alfombras. «Tenemos varios tamaños diferentes, del 'pie de cama' de tamaño pequeño a alfombras grandes de 3x5 metros. Y diferentes tipos: la Kilim, tejida y bordada a mano y que se usa en el sur de Marruecos, donde el clima es más fresco; la Beni Ouarin, que es una alfombra blanca con dibujos de las montañas del Atlas en la que duermen los bereberes cuando hace frío...», detalla. Uno de sus productos estrella es la Picasso Bereber, una alfombra con triángulos «que representan la fertilidad y que da suerte para concebir hijos». Y como el resto de sus productos, completamente artesanal: «no tenemos máquinas para confeccionar y usamos materiales naturales».
Fuera de la Fidma, Omar trabaja con comercios de Gijón proveyéndoles de alfombras y telas. Pero la Feria es para él una cita ineludible de la que destaca la respuesta del público. «Solemos vender el 75% de las alfombras que traemos», afirma. Por eso a todo el que se acerca a su puesto le recibe con un «Marhba», que significa «bienvenidos a nuestro pabellón».
Entre babuchas y cerámicas también hay un hueco para la música, como el del puesto de Rachid Koubbi. «La música suena mejor con instrumentos artesanales», asegura mientras toma entre sus manos para demostrarlo un laúd árabe «con cuerdas hechas a partir de tripas de cabra». Y nada como el sonido de sus tambores para acompañar cuentos y pasar con ellos mil y una noches perdido en Marruecos sin salir de Gijón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión