Piezas «de la mejor ópera de Asturias» como broche de oro

No pudo tener un final mejor. El salón de actos del Palacio de Congresos, con capacidad para 700 personas, acogió un concierto de arias y dúos de ópera bajo el título: '45 minutos de la mejor ópera de Asturias'. Organizado por la Fundación de Ópera de Oviedo, este evento congregó ayer tarde a un buen número de personas en el auditorio para disfrutar de varias piezas de la tradición operística interpretadas por la soprano Ángeles Suárez, el tenor Gaspar Braña y el pianista Marcos Suárez.

«La Ópera de Oviedo lleva 75 temporadas de forma ininterrumpida, es la única de toda España que ha mantenido la temporada», recordó Juan Carlos Rodríguez- Ovejero, presidente de la Fundación Ópera de Oviedo, en la presentación. Añadió que el objetivo de esta iniciativa es «acercar la ópera a la gente y que sea más conocida». Este género musical no solo pudo ser disfrutado en este último día, también hizo acto de presencia durante todas las jornadas de Feria gracias al estand del SabadellHerrero, quien dedicó su pabellón entero a la temporada operística del Teatro Campoamor, en su 75 aniversario. El director comercial de la entidad bancaria, Alfredo Fernández, apuntó que esto era «un homenaje a un arte que ha transcendido en el tiempo» y reivindicó el Teatro Campoamor como «un lugar emblemático de representación operística en toda Asturias».

La principal peculiaridad del evento era la variedad en el repertorio, lo que lo convirtió en un concierto original y distinto. Esto fue posible gracias a que los propios intérpretes, Ángeles Rojas y Gaspar Braña, pudieron escoger su propio repertorio para esta cita tan especial. El resultado fue un cartel con piezas operísticas de distintas épocas y estilos, aunque todas ellas reconocibles para el gran público. Algunos de los temas más aplaudidos fueron 'Macbeth' de Giussepe Verdi, 'Ariadna en Naxos' de Richard Strauss, 'La vedova allegra' de Franz Lehàr o 'Tosca' de Giacomo Puccini.

Las piezas tenían un ritmo distinto, lo que dotó de gran dinamismo los 45 minutos de duración del concierto. Algunas eran arias, interpretadas por una sola persona y, habitualmente, con acompañamiento musical. Otras piezas, por el contrario, eran duetos operísticos y, por tanto, tenían una carga más dramatizada.

La temática también era distinta. Había piezas más trágicas, pero el contenido amoroso y el final feliz también tenía cabida en el concierto. Este contraste en los temas, ritmos y estilos cautivó al público, que lo recompensó con un gran aplauso final.