«Queremos quitarle la caspa a la ópera»

La ópera siempre ha sido vista por la sociedad como un género elitista y de difícil acceso al público general. En esta ocasión, la Fidma acoge la exposición 'Vamos a hacer una ópera', una de las sensaciones de esta edición del certamen, cuya intención es precisamente acercar el género a la gente común. Celestino Varela (Avilés, 1971), director general y artístico de la Ópera de Oviedo, es el responsable de la exposición.

- Su relación con la Ópera viene de hace tiempo, ¿cómo es ese cambio de perspectiva?

-Es cierto, en otra vida fui cantante, a principios de los 2000. Ahora veo los todos desde el otro lado, la verdad que es un punto de vista diferente pero creo que me ayuda a gestionar, aunque también estuve gestionando el coro en el Teatro Real.

-Esta exposición es muy completa, pero, ¿cómo surge 'Vamos a hacer una Ópera'?

-Yo soy el director general y artístico de la Ópera de Oviedo, pero la materialización del proyecto sería imposible sin Pachi Poncela, que es el ideólogo del diseño de la exposición, tampoco sin el papel de Alicia Suárez, la coordinadora. Quiero resaltar además dos cosas importantes, por un lado el encargo del Sabadell Herrero y el empeño que pusieron por bajar la ópera al lenguaje de la feria. Y también destacar el homenaje especial que supone a la ópera y también a todos los trabajadores que hay por detrás.

-¿Qué nos puede decir de esta próxima temporada?

-Tenemos variedad, como siempre. Es una temporada especial, porque es nuestro 75 aniversario. De hecho comienza con 'Manón' de Massenet, que es la obra que abrió en 1948. Un pequeño tributo. Representaremos cinco títulos: uno de alquiler, una producción propia, 'Lohenring' de Wagner y tres coproducciones, entre las que está también 'Manón'.

-La intención es hacer una ópera más accesible, ¿cómo se refleja para la ciudadanía?

-Queremos quitarle la caspa a la ópera. En la exposición hay muchos guiños por parte de Pachi a películas de Hollywood en las que hay ópera, la gente conoce mucho más el género de lo que cree. Hay que abrir más los teatros para acercarlo a la gente, no puede ser que alguien de Oviedo de toda la vida nunca haya entrado al Campoamor.

-La pandemia dio una vuelta de 180 grados a todo el mundo, ¿cómo se vivió en la ópera?

-Fue duro, no voy a mentir, pero sorprendentemente, la temporada de agosto a febrero 2020-2021 fue buenísima. Incluso aumentamos. Abrimos los ensayos generales al público para hacerlo lo más cercano posible.

-Usted ha recorrido mundo gracias a la ópera, ¿cómo fue volver a Asturias?

-Es algo bonito volver, pero no echo de menos el agobio de las grandes ciudades.

-A nivel económico, ¿en qué punto se encuentra la ópera?

-Lo importante, y que tenemos que hacer ver a las instituciones, es que hay retorno. De lo que facturamos, el 50% del IRPF se queda en las arcas. Es inevitable que tengamos un negocio, pero ofertamos también una experiencia de convivencia, además de cultural, que nos define en este mundo como la oposición a otro tipo de compra y consumo.