El Festival de la Fresa asienta su colaboración con León
La alcaldesa de Candamo Marta Menéndez señala que supone la unión de la tradición con la innovación
El Festival de la Fresa de Candamo ha rendido homenaje, en su cuadragésimo sexta edición, a los primeros productores de lo que hoy es «una seña de identidad» de Candamo a la vez que ha defendido el hermanamiento con el 'Frestival de la Fresa de Almanza', en León. Un «gesto de solidaridad» con el que, según ha señalado la alcaldesa Marta Menéndez, pretenden dar visibilidad a un joven certamen que el pasado fin de semana celebró su cuarta edición. Ha asegurado que esta colaboración «supone la unión de la tradición con la innovación» y es un apoyo al «emprendimiento».
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No lo explicó desde el escenario pero se refería a que la empresa puesta en marcha por David Albalá y Raúl Rodríguez, en la localidad leonesa de Almanza, próxima a la montaña palentina, lleva seis años. Entre las muchas acciones de marketing que llevan a cabo destaca el 'Tren de las fresas', en el que se montan 1.600 personas para recorrer los campos de cultivo.
Este domingo han participado con 500 kilos de fresa (que han vendido a un precio mucho más competitivo que el de las autóctonas de Candamo), con un postre de fresas con chocolate y con las fresas de las tartas que, a favor de la Asociación Galbán, se han vendido a un euro.
Prácticamente han volado las mil raciones puestas a la venta, cerrada justo antes de que se anunciara el nombre de los ganadores del festival. Maite Fernández López, del Valle de Candamo, se llevó la Fresa de Oro. Precisamente para ella había tenido palabras muy entrañables la alcaldesa. Es la primera vez que Maite Fernández se presenta sin su madre Isolina López. Por eso se manifestaba «súper contenta» y muy honrada por poder continuar una tradición que pasa de padres a hijos.
En segundo y tercer lugar quedaron Jorge Sánchez Miranda y Orencita Miranda Álvarez, de Ventosa. Son hijo y madre y no hay año que se vayan de vacío del festival. Su pequeña fresa, cultivada principalmente por el patriarca familiar Amalio Sánchez Alonso, como él mismo se jacta, tiene un sabor intenso que conquista paladares. Sin embargo este mes «nos está abrasando la niebla». Explica Amalio que la fresa quiere sol y ellos tienen unas «tierras muy solanas». Agua necesita poca, «con el orbayo de la noche es suficiente», pero teme que esta niebla no se disipe y se cargue la temporada «no solo de la fresa, también de otros frutos como la manzana».
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La fresa de honor ha sido para Fernando Sama, recogida por su mujer. Y en la mejor presentación destacó el puesto de Delfina Fernández, de Santoseso. Su fresa es más grande que la de otros productores y ella cree que es debido a que los plantones que regala el Ayuntamiento deben venir de Huelva. Tiene pendiente un primer premio porque ya ha conseguido el segundo y el tercer premio en anterior ediciones. El año pasado también consiguió la Fresa de Honor.
Tendrá que seguir esperando como Mª Luz Estrada y su yerno Humberto, que hoy tenía fundadas esperanzas de conseguirlo este año con fresa «jugosa y muy buena».
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