Galicia se adelanta a Asturias y recibirá 55 millones al año para rebajar un peaje en La Coruña

La envergadura del esfuerzo se compadece mal con la negativa que viene mostrando el mismo departamento a ampliar las bonificaciones del peaje del Huerna (AP-66), algo que el Principado le viene reclamando desde hace dos años.

Los casos de la AP-9 y la AP-66 eran hasta ahora primos hermanos. Ambas autopistas son de primera generación, es decir, de las más viejas del país, y sus acuerdos de concesión fueron prorrogados. La gallega lo tiene hasta 2048 y la asturleonesa no concluirá hasta 2050. En total los usuarios acabarán pagando peajes en uno y otro durante 75 años, el mayor plazo previsto de entre las concesiones nacionales.

Para Galicia como para Asturias se trata de vías estratégicas. La Autopista del Atlántico AP-9 une Tui con Ferrol y vertebra la comunidad de norte a sur con sus 219,6 kilómetros. El Huerna ofrece en sus 78 kilómetros la única salida del Principado hacia la meseta por vía de alta capacidad.

En lo tocante a precios, ambas están en la banda alta del país, pero con diferencias que considerar. El último informe sobre el sector editado por el ministerio, con datos cerrados de 2018, fijaba en 0,162 euros por kilómetro la tarifa promedio del Huerna, lo que supone la tercera más elevada del país y un 24,8% más cara de lo que la Autopista del Atlántico exigía a los conductores.

Si la AP-9 es más larga, la usan más vehículos y una bonificación de consideración supone un esfuerzo mayor para el Gobierno central, ¿por qué ha conseguido un desembolso tan abultado?

La respuesta remite al acuerdo de investidura que los socialistas alcanzaron con el BNG y que en nombre de ambas formaciones suscribieron Adriana Lastra y Ana Pontón respectivamente. A cambio del único voto que los nacionalistas gallegos tienen en el Congreso de los Diputados, se comprometía la trasferencia de la AP-9 a la Xunta «a lo largo de 2020», además de la bonificación del 100% del peaje para quienes hacen más de dos viajes al día y la gratuidad de un tramo.

La mayor rebaja de tarifas de la historia es por tanto fruto de la política de bloques instalada en el Congreso y el escaso margen entre ambos, que convierte cada voto en vital e incentiva este tipo de concesiones. De ello y de la capacidad que han mostrado los partidos políticos gallegos para situar la lucha por la rebaja de la AP-9 como un tema permanente en la agenda pública al punto de estimular una competición entre las formaciones por ver quién llevaba el gato al agua.

Transportes «llega a tiempo con Galicia», defendió ayer Raquel Sánchez. El esfuerzo que asume el Estado permite al Ejecutivo cumplir con la palabra dada, pero a un precio muy elevado. Aucalsa valora en 672 millones sus activos en el Huerna, por lo que el dinero que va a terminar saliendo de las arcas estatales hacia la empresa de la AP-9 daría para comprarlos más de tres veces.

Las bonificaciones supondrán un desgaste del presupuesto nacional de 55 millones al año. Es más de lo que pagan todos los usuarios del Huerna cada curso, más de lo que invierte el ministerio en la red viaria asturiana y más de lo que hasta ahora utilizaba para financiar bonificaciones de peaje en todo el país.