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Ana María Acevedo, en su plantación de fabes en Coaña. E. C.

«A la hora de emprender en la zona rural, hay oportunidades y carencias a partes iguales»

Ana María Acevedo es la segunda generación de una familia de agricultores que ha logrado afianzarse en el sector primario

ROSANA SUÁREZ

COAÑA.

Lunes, 8 de febrero 2021, 00:48

Si habitualmente poner en marcha una idea empresarial es difícil, lo es más en el mundo rural. Zonas en las que las propias condiciones, de accesibilidad o población, hacen que muchos prefieran no arriesgarse. Pero donde unos ven dificultades, otros ven nichos de mercado. Es el caso de Fabas La Estela, que recientemente han recibido el galardón Profetas en Nuestra Tierra 2021, con el que Ayuntamiento de Coaña distingue la trayectoria laboral, profesional, investigadora o académica de aquellos que han encontrado en el medio rural su modo de vida promoviendo el desarrollo y mostrando que asentarse o continuar viviendo en la comarca puede ser posible mediante proyectos creativos y sólidos.

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Ana María Acevedo, productora de fabes La Estela, confiesa que le parece «muy difícil» empezar de cero en el medio rural. No obstante, cree que hay oportunidades y carencias «a partes iguales». Ella y su marido comenzaron a abrirse camino en el mundo de la faba en el año 2004. «Llevo toda la vida plantando fabes porque era algo que hacían mis padres. Mi marido tomó el relevo generacional en 2004 y es entonces cuando se hace una transición de una explotación agraria tradicional hasta lo que ahora somos», explica. Además del cultivo y venta de este producto, la explotación cuenta con tienda 'online'. «Para que un negocio prospere es fundamental disponer de una buena conexión a la red», destaca.

A su juicio, «la deslocalización de las alas» respecto a los grandes núcleos de población supone una desventaja a la hora de emprender. «Tenemos más de una hora de coche para desplazarnos a Oviedo, Gijón o Avilés. Si tienes un producto perecedero, se convierte en un problema grave», añade. A esto habría que añadir la carencia de servicios e infraestructuras. «Conciliar es mucho más difícil que en el medio urbano: no hay guarderías, necesitas coche para todo, no hay transporte urbano... Si no toman medidas la población no se va asentar. Es una pena porque hay infinidad de negocios que se podrían poner en marcha», apostilla.

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