El 'modelo Cabranes': un éxito contra la despoblación

Cabranes ha pasado en dos décadas de tener un 44% de población mayor de 65 años, siendo el segundo concejo más envejecido de Asturias, a que ese mismo porcentaje se corresponda a nuevos residentes llegados principalmente en los últimos seis años. Un cambio de tendencia que sitúa el 'modelo Cabranes' como un éxito contra la despoblación, en una época donde las grandes urbes siguen imponiéndose a las zonas rurales. ¿El secreto? Políticas con proyección a largo plazo, con el objetivo de dotar al concejo de los servicios mínimos de proximidad y sin dejar de lado grandes inversiones, de la mano siempre de administraciones externas.

Este planteamiento ha permitido al municipio no solo mantener la población, sino registrar una tendencia al alza, con un crecimiento de más del 10% en los últimos años. En 2020, el municipio ganó 75 habitantes nuevos. Unos resultados en los que ha tenido mucho que ver la apuesta por los servicios de proximidad. «No tener que acudir para trámites habituales de la vida cotidiana al ámbito urbano es fundamental. La sanidad, la educación y la atención social y administrativa son elementos esenciales», señala el alcalde, Gerardo Fabián.

Cabranes cuenta con un consultorio periférico, un polideportivo, una residencia de mayores y un centro rural de apoyo diurno. Aunque su principal atractivo ha sido saber mantener su esencia original, adaptándola a las nuevas necesidades. En este sentido, cobra gran importancia el vivero de empresas, que recientemente acaba de lograr el 100% de ocupación. Destaca, además, que muchas de las empresas que ocupan las naves son agroalimentarias emergentes, cuya materia prima proviene o se obtiene en el medio rural, «lo que nos enseña que existe otra forma de entender el urbanismo con propuestas integradas en el medio y de desarrollo sostenible».

Precisamente, gran parte de los nuevos residentes se enmarcan dentro de la categoría de 'neorrurales'. Es el caso de Ana Moreno 'La Nieta' y Julio Albarrán (artista textil de 40 años y fotógrafo de 37), a quienes la pandemia les dio el empujón que necesitaban para mudarse de Madrid a Arboleya. Para familias como ellos, el Ayuntamiento ha puesto en marcha medidas para fomentar el alquiler. En 2019, se aprobó una bonificación de hasta el 50% en la cuota íntegra del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para todas aquellas edificaciones de uso residencial destinadas a este servicio.

Esta apuesta por fomentar el emprendimiento va ligada a un modelo educativo «como elemento tractor y de fijación de población». En la última década, el concejo ha logrado multiplicar por cinco el alumnado. «El sistema educativo rural permite una mayor implicación de la comunidad educativa y es un factor muy valorado por los padres y madres, como se demuestra con las nuevas residencias vinculadas a este servicio diferenciado», explica Fabián.

Por esa razón, el equipo de gobierno quiere un colegio rural agrupado propio, puesto que actualmente están integrados en el de Ceceda, en el concejo de Nava. Si bien en un primer momento la propuesta no ha contado con el respaldo de la consejería de Educación ni de todos los padres. «Tenemos muy claro que el bienestar de los alumnos y la calidad educativa es lo primero para todos. Si tenemos que seguir siendo un CRA de dos municipios, como tenemos más aulas en Cabranes y más alumnado, solicitaremos el traslado de la cabecera de Ceceda a Santolaya», defiende.