El homicida del Valle del Nalón mató a su víctima tras compartir habitación «menos de 12 horas»

Corsino S. M., acusado de terminar de forma violenta con la vida de su compañero de habitación en el hospital del Valle del Nalón, pasó la noche en el centro penitenciario de Asturias. Ingresado por una afección cardíaca habitual, recibió el alta médica a última hora de la tarde y se preparó su traslado a la cárcel como había determinado el juez adhiriéndose así a las recomendaciones realizadas desde la fiscalía tras escuchar ayer la declaración del acusado.

En torno a las cuatro de la tarde del pasado martes, y tras quedar una cama libre en la tercera planta del Hospital Valle del Nalón, se procede a subir a la misma a Corsino S. M. vecino de Sama de Langreo de 87 años aquejado de una dolencia anterior por problemas cardiacos.

En la habitación se encontraba Manolo, un lavianés con problemas de oído y respiratorios, que superaba los 90 años, y que se había caído en una calle de Pola de Laviana el pasado lunes. Fue trasladado por una ambulancia a dicho centro hospitalario, donde estaba siendo tratado de los golpes y de la desorientación que sufría. Manolo había tenido un compañero anterior con el que no había tenido ningún tipo de problema.

No ocurrió lo mismo con Corsino, que, llegada la hora de dormir, se quejó, en varias ocasiones, de los ruidos que emitía su compañero, minero jubilado con problemas respiratorios, que le al parecer le impedían conciliar el sueño. Un desencuentro que de madrugada se trasformó en una brutal agresión que terminó con la vida de Manolo. «Apenas llevaban doce horas juntos en la misma habitación», recordaba ayer el personal del centro hospitalario que no podía encontrar explicación a este crimen.

Una comisión judicial, compuesta por el juez, el fiscal y la secretaria judicial, acudía en la mañana de ayer al Hospital Valle del Nalón para tomar declaración sobre lo sucedido al presunto autor del crimen, que se encuentra detenido y custodiado por la Policía Nacional en una habitación de la planta tercera B. La actuación judicial duró en torno a dos horas.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Langreo dictaba, una hora más tarde, orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza, siguiendo el criterio de la Fiscalía, que se ejecutó en el mismo momento en que fue dado de alta. Desde ahí fue trasladado directamente al Centro Penitenciario de Asturias.

La Fiscalía consideró que los hechos, una vez practicada la instrucción pertinente, podrían ser constitutivos de «un delito de homicidio/asesinato». El fiscal solicitó cárcel, dado lo elevado de la condena que, en su caso, podría imponerse al detenido y al considerar que existe riesgo de reiteración delictiva en el supuesto de quedar en libertad.

El presunto autor de los hechos podría enfrentarse a 25 años de prisión, ya que una vez concluya la investigación, los hechos podrían considerarse como asesinato con los agravantes de ensañamiento, ya que el fallecido presentaba numerosos golpes con un objeto contundente (un triángulo de plástico duro que se usa como ayuda para incorporarse desde la cama), y de alevosía por desvalimiento, ante la imposibilidad del fallecido de oponer resistencia o de defenderse del ataque, ya que se encontraba, debido a su grave desorientación, bajo el protocolo de 'contención' estando inmovilizado en su cama, con sujeciones de seguridad.

La agresión fue descubierta por el personal sanitario cuando sobre las cinco de la madrugada acudió a la habitación a comprobar cómo se encontraban los dos pacientes. La primera sorpresa fue cuando al intentar entrar en la habitación se encontraron con la puerta cerrada sin posibilidad de abrirla.

Fue necesaria la colaboración de varios profesionales para finalmente poder acceder a la habitación, ubicada en la tercera planta sala A del hospital comarcal del Nalón. El agresor la había bloqueado con al menos la mesilla auxiliar que se coloca al lado de las camas, atrincherándose dentro de la estancia e intentado impedir el acceso al personal sanitario.

La imagen que se encontró el personal del centro fue «horrible» con «numerosas salpicaduras de sangre» por la habitación, según explicaron los trabajadores del hospital. Dos elementos llamaron su atención: el triángulo con restos de sangre, y una almohada que pudo ser utilizada para intentar asfixiar el fallecido. La Policía confirmaba el miércoles, tras realizar las primeras investigaciones, que para llevar a cabo el crimen se utilizó «un objeto contundente» que causó la «muerte violenta» del anciano.

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