Los hosteleros exigen a Salud un protocolo que evite el caos en el control del pasaporte covid

¿Cómo actuar ante un cliente habitual después de que ya haya mostrado el pasaporte covid en una ocasión para acceder a un mismo establecimiento? ¿Debe exigirse la exhibición de este documento a los clientes que consumen en la terraza y quieran hacer uso de los servicios? ¿Es obligatorio mostrar el pase médico para utilizar la máquina de tabaco? ¿La ley ampara a un camarero que se niegue a realizar la función de control de acceso? ¿Qué ocurre si el cliente no muestra su Documento Nacional de Identidad (DNI)?.

Las dudas del sector hostelero ante la reciente implantación del pasaporte covid son muchas y variadas pero, denuncian, no reciben respuesta por parte del Gobierno del Principado, a quien exigen un protocolo de actuación avalado jurídicamente que permita a los empresarios del sector actuar en sus locales con respaldo legal.

Representantes del sector mantuvieron ayer una nueva reunión con técnicos de la Consejería de Salud para tratar de resolver estas y otras muchas dudas generadas tras la implantación el pasado martes de este sistema de control, no solo en la hostelería, sino también en los centros sociosanitarios, gimnasios y otros locales culturales en los que se permita comer o beber, y por lo tanto se pueda retirar la mascarilla. Pero aseguran no haber encontrado respuesta alguna. «Es una tomadura de pelo y una encerrona para los hosteleros. Se pretende concienciar a la ciudadanía con este sistema, que desde el punto de vista sanitario no tiene sentido, y para ello tenemos que enfrentarnos nosotros a una batalla campal con nuestros propios clientes», recrimina el vicepresidente de Otea, Javier Martínez.

El colectivo reprocha que las indicaciones que ofrece el departamento que lidera Pablo Fernández «son muy ambiguas» y alerta de que, a esto, se suma además la falta de personal para hacer frente a este tipo de comprobaciones en los accesos de los equipamientos hosteleros ya que, recuerda este empresario, el 95% de los bares y restaurantes de la región tiene menos de tres trabajadores. «No se puede tener a uno exclusivamente para hacer el control de acceso», insiste.

Ayer, horas más tarde de la reunión, el Gobierno del Principado informaba vía email a las asociaciones hosteleras -y públicamente a través de las redes sociales- de la creación de un lector del código Qr del certificado digital covid. La medida había entrado en vigor el pasado 28 de diciembre sin ningún tipo de plataforma digital para la comprobación del documento, y su revisión por parte de los hosteleros fue hasta ahora tradicional.

Al cierre de esta edición, los servicios jurídicos de Otea seguían comprobando su funcionamiento y estudiando si la nueva aplicación garantiza la confidencialidad de la información sanitaria de sus clientes. No obstante, a título personal varios empresarios ya informaban de que estaba dando errores y, por lo tanto, no cumplía su cometido.

De forma paralela, Otea formalizaba ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) la impugnación de las últimas restricciones aplicadas por el Gobierno de Asturias al sector hostelero y referidas a la limitación del horario en los equipamientos hosteleros y al cierre del interior de los locales de ocio nocturno. En concreto, pedía con carácter cautelarísimo -es decir, sin audiencia de la otra parte- que se impugnaran las medidas tomadas el 24 de diciembre por el Principado. Sin embargo, el TSJA dictaba ayer mismo un auto por el que se denegaba la cautelarísima, que se convierte entonces en impugnación cautelar, dando traslado a la otra parte, el Principado, para que informe. Los jueces podrían resolver hoy mismo la impugnación cautelar.

Pero el pasaporte covid no solo afecta a los hosteleros. Desde la Asociación de Centros Geriátricos de Asturias (Ascege) también se advertía ayer de los vacíos en la aplicación de este sistema de control de acceso a sus equipamientos, si bien el volumen de visitas -mermado por la pandemia- en este tipo de centros facilita mucho esta labor. «La gente es mucho más prudente, viene menos, y nosotros hemos puesto carteles en los que informamos de que no se puede acceder sin el certificado covid», explicaba ayer su presidente, Arsenio Alonso-Collada, quien también echaba de menos directrices más concretas por parte de la consejería.

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