Isaac Pascual - Presidente de la Sociedad Asturiana de Cardiología

«Hay infartos en pacientes cuyos factores de riesgo son sólo el tabaco y el estrés»

–La Sociedad Asturiana de Cardiología organiza por primera vez una jornada de este tipo. ¿Debemos presuponer que los asturianos no cuidan su corazón?

–Organizamos esta jornada porque la transversalidad con la ciudadanía es fundamental para mejorar la salud cardiovascular de la población y porque, como sociedad científica, queríamos incrementar nuestra implicación social. Pero, efectivamente, en Asturias la prevalencia de los eventos cardiovasculares es elevada y, para reducir los riesgos, es importante que la gente se conciencie e introduzca hábitos saludables en su vida. Quienes han sufrido un evento cardiovascular tienen a los profesionales encima. Pero la población sana, no es tan consciente.

–¿Cuántos infartos pueden llegar a atender al año en la sanidad pública?

–En el HUCA, nosotros atendemos anualmente unos 400 'códigos infarto' y están subiendo las cifras. Habría que ver en qué medida esta subida se debe a que el sistema sanitario ha mejorado su capacidad para detectar los cuadrados de infarto de forma precoz. En la jornada, hablaremos del 'código infarto' y contaremos con una UVI móvil para que los asistentes puedan conocer lo que hacemos.

–¿Cuál es el perfil de quienes sufren un evento cardiovascular?

–Los varones presentan enfermedad cardiovascular a edades más precoces. En la mujer, la incidencia empieza a partir de la época menopáusica y la paciente femenina tiene unas características concretas, sobre todo a la hora de la identificación del cuadro de infarto, porque no siempre se manifiesta de una manera explícita. Y luego hay un perfil de personas mayores, de más de 70 años, en el que la incidencia se iguala entre ambos sexos.

–¿Pesa más la edad o los atracones de cachopo?

–Es un cúmulo de circunstancias. La enfermedad cardiovascular es muy dependiente de la edad, pero estamos viendo que la prevalencia en la población más joven esta aumentando. En las personas de más edad, la posibilidad de un evento coronario es mayor por la acumulación de años y de factores de riesgo. En la población más joven, tenemos pacientes cuyo único factor de riesgo es el tabaco, la obesidad, el sendentarismo o el estrés. No es que sea malo comerse un cachopo; es que hay que hacerlo con moderación.

–En definitiva, el estilo de vida puede determinar la salud del corazón...

–Completamente. El 80% de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular se podría reducir simplemente introduciendo cambios en el estilo de vida, en nuestro día a día. Como hacer una dieta saludable, no acumular sobrepeso, reducir al máximo el alcohol, hacer ejercicio de moderada intensidad, pero sostenido en el tiempo, dejar el tabaco... Es un sinsentido que se destinen tantos recursos para atender el evento agudo en una persona con infarto de miocardio y ver a quienes le acompañan fumando a la puerta del hospital.

–¿Qué debemos comer para tener una vida cardiovascular saludable?

–En las jornadas hay un taller específico sobre alimentación en el que también participarán un cocinero y un deportista de élite. Bajo el paraguas de la capitalidad gastronómica de Oviedo, también se puede cubrir el espectro cardiosaludable. Animo a la gente a que acuda y podrán llevarse dietas para bajar el colesterol, para bajar el azúcar, para bajar la tensión... Dentro del plato de comida, la mitad deberían ser verduras y hortalizas; una cuarta parte, hidratos de carbono; y la otra cuarta parte, proteínas. Las carnes rojas, la comida procesada o los precocinados aumentan el riesgo.

–Y tras un infarto, ¿qué dieta es conveniente seguir?

–Todos los pacientes tratados por un infarto en el Servicio de Salud del Principado reciben un informe de alta y unas recomendaciones explícitas. Por norma general, es recomendable que las grasas sean menos de un 30% de las calorías totales que se consumen. Hay que reducir las grasas saturadas y que el mayor aporte provenga de ácidos grasos omega-3. Los hidratos de carbono, por su parte, deberían representar en torno a un 55% del aporte calórico y provenir de alimentos de liberación lenta de energía. Lo más recomendable: consumir cinco piezas al día de frutas o verduras. En cuanto a las proteínas, estaríamos hablando de un 15% de las calorías. Ahí entrarían las carnes blancas, el pescado, los huevos, las legumbres o los lácteos. Por último, es conveniente restringir el exceso de sal añadida.

–En la jornada, también explicarán cómo reaccionar ante una parada cardíaca.

–Explicaremos la Reanimación Cardiopulmonar Básica, que cualquiera puede aplicar a una persona que se encuentre en parada cardíaca. Además, enseñaremos cómo emplear el desfibrilador semiautomático, que es el que hay en centros comerciales, aeropuertos, estadios de fútbol... Queremos que la gente pierda el miedo a utilizarlo, porque el beneficio es salvar una vida.

–¿Y si el infarto se produce en casa?

–Lo primero de todo es llamar de inmediato al 112, que va a dar indicaciones de lo que se tiene que hacer.

–¿Cuáles son las señales de alarma más frecuentes?

–Dolor opresivo centrotorácico, a veces irradiado al brazo izquierdo y a veces a los hombros o la mandíbula; sudoración, y malestar general, en algunos casos con mareos y náuseas.

–Por último, ¿qué ejercicios recomendaría para evitar problemas futuros?

–Cualquier tipo de ejercicio sostenido en el tiempo es bueno. Lo malo es no hacer nada. Sabemos que sacar una hora para hacer ejercicio programado es difícil por la vida tan estresante que llevamos. Pero introducir algún tipo de ejercicio en nuestra rutina diaria es más fácil. Por ejemplo: utilizar las escaleras en lugar del ascensor; ir caminando al trabajo si es posible; dejar el coche aparcado lejos cuando lo necesitamos para ir a hacer algún recado; salir a pasear deprisa, que te resulte difícil mantener una conversación... Se trata de introducir hábitos saludables en nuestra día a día, de asumir que hay que cuidarse, igual que tenemos que ir al trabajo o llevar a los niños al colegio. De ahí que hayamos organizado esta jornada, para concienciar a la población y para formarla en salud cardiovascular.