Las infecciones que preocupan en Asturias tras la covid: de la neumonía atípica a la tosferina

Actualmente, también es objeto de atención epidemiológica la tosferina, una enfermedad que se daba por erradicada, pero que está experimentando un aumento en toda España. Aquí, las autoridades sanitarias han detectado una veintena de casos desde el 1 de enero. Los últimos: dos compañeros de colegio de Cabranes, dos hermanas de Avilés y un bebé de Gijón, que el hospital de Cabueñes derivaba este domingo al HUCA, donde ha permanecido en la UCI pediátrica bajo observación, porque «la tosferina cursa con accesos violentos de tos y en niños tan pequeños es aconsejable vigilar los síntomas».

Su estado, aseguran fuentes médicas del centro hospitalario asturiano, «no reviste gravedad» y, dada la «buena evolución», la idea es que la niña pase a plante. La Consejería de Salud insiste en que, de momento, no hay motivos para pensar en un problema de salud pública. Aún así, se está barajando la posibilidad de analizar «por rutina» las muestras que llegan de los centros de salud para descartar la presencia de 'Bordetella pertussis', la bacteria desencadenante de la tosferina.

Los médicos de Familia hacen PCR a los pacientes más vulnerables cuando existe sospecha de infección respiratoria. Venía monitorizándose, concretamente, la incidencia de la gripe, la covid y el virus sincitial. La idea es que, a partir de ahora, también se ordenen pruebas diagnósticas si hay indicios de tosferina, con el objetivo de «mantenerla a raya» y que Asturias no se vea afectada por lo que está ocurriendo en otras comunidades.

De todas formas, en las muestras que se analizan en los servicios de microbiología de la sanidad asturiana se detectan sobre todo coronavirus antiguos, que suelen complicarse en el caso de las personas mayores y los pacientes con problemas hematológicos; metapneumovirus, muy presentes en niños, y mycoplasma pneumoniae, una bacteria que provoca neumonías atípicas, también en menores de hasta 15 años. «Está habiendo mucho mycoplasma. Ha subido la incidencia con respecto a los años anteriores», constatan virólogos y pediatras, cuyas consultas están experimentando estos días una mayor presión asistencial.

«Además, tenemos circulando adenovirus y enterovirus. Los primeros, en mayor o menor medida, siempre están ahí. Los segundos llegan más pronto de lo habitual», explican. En el caso de los enterovirus, causantes de los típicos catarros de verano, «hay que andarse con ojo», porque «provocan también meningitis, ataxias –repentina incapacidad para coordinar los movimientos– y otros problemas neuromusculares».