La inflación deja 18 licitaciones desiertas en Asturias por importe de casi diez millones

El motivo no es otro que la falta de adaptación de los pliegos de licitación al incremento de los costes, a los que no siempre pueden hacer frente las empresas constructoras. Primero, como consecuencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministro por el parón de la pandemia y, luego, por los efectos de la guerra. En conjunto, teniendo en cuenta la subida de materiales y otros factores como el coste eléctrico o la mano de obra, la Confederación Nacional de Constructores (CNC) calcula que los trabajos se han encarecido de media un 33%.

Ante la volatilidad de precios, el Gobierno central aprobó varios decretos que permiten actualizar los precios de obra para que las empresas que las han puesto en marcha no se vean obligadas a trabajar a pérdidas. Sin embargo, el sector entiende que el mecanismo es insuficiente porque tiene restricciones temporales y porque solo se aplica sobre algunos materiales.

Del grueso de la obra pública que se ha quedado desierta en Asturias en lo que va de año como consecuencia del incremento de los costes energéticos y de materiales, solo una fue licitada por el Gobierno del Principado, concretamente por la Consejería de Educación. Se trata del proyecto de mejora del Colegio Público Obanca, de Cangas del Narcea, que constaba de varias actuaciones, tales como la mejora térmica de la envolvente del edificio, la mejora de la accesibilidad y una intervención en los aseos. El presupuesto de licitación ascendía a 393.532,99 euros, pero quedó desierta, por lo que desde la consejería explican que volverá a licitarse el próximo año con un presupuesto revisado.

No constan más obras licitadas por la Administración autonómica que hayan quedado desiertas este ejercicio, si bien conviene recordar que fue el año pasado cuando, tal y como habían venido advirtiendo los constructores, la obra de ampliación del hospital de Cabueñes se quedó desierta por sacar su licitación sin ajustar los precios a la nueva realidad económica. La ausencia de ofertas para este proyecto, presupuestado inicialmente en 44,9 millones, se atribuyó por parte del Gobierno regional al incremento de los costes de las materias primas, y obligó al Ejecutivo autonómico a aprobar a finales del pasado año un gasto de 85,8 millones de euros para licitar de nuevo la primera fase de las obras revisando el importe previsto.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, trasladó entonces a todos los consejeros que revisaran y recalcularan todos los procesos de licitación en marcha precisamente para evitar que se repitiera lo ocurrido con el hospital. Pero es un problema que afecta a todas las administraciones, también a la local, que es una de las que más está sufriendo en este momento los envites de la inflacción.

Desde la Federación Asturiana de Concejos (FACC) se advierte, de hecho, de que la inflacción está generando problemas a los ayuntamientos en «varios frentes». Por un lado, en relación a los procesos de licitación, que «en más casos de lo razonable están quedando desiertos porque el presupuesto base queda desfasado». Y, para hacer frente al alza de los precios de los materiales, los alcaldes se ven obligados a «reasignar recursos», con lo que eso supone. Esto, advierten, se suma a la subida de la factura energética, el incremento retributivo del personal municipal y la pérdida recaudatoria tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el impuesto de plusvalía. La FEMP calcula que la subida de los gastos municipales se sitúa en torno al 20% y ya ha planteado al Gobierno central la necesidad de buscar soluciones al impacto de la inflación en las entes locales.