Desprendimiento en la AP-66
Un informe sitúa a la autopista del Huerna como la vía estatal con más riesgo de cerrar por argayos de toda EspañaTécnicos del ministerio analizaron qué tramos de carreteras y ferrocarriles sufrirán en las próximas décadas por el calentamiento global
La autopista del Huerna lleva cerrada por argayo desde el día 10 y ese será un escenario cada vez más frecuente. Al ... menos es el pronóstico que hace el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), organismo adscrito al Ministerio de Transportes. Sus técnicos emitieron un informe identificando los tramos de las redes de infraestructuras estatales «potencialmente más expuestos por razón de la variabilidad y cambio climático» para facilitar luego las decisiones de dónde merece la pena invertir en refuerzos.
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El estudio data de 2018 y el punto de partida que usaron los técnicos son las previsiones de viento, lluvia, sol y nieve que hace la Agencia estatal de Meteorología (Aemet) para las siguientes tres décadas. Son cálculos que apuntan a un incremento de la temperatura máxima de entre 0,7º y 1º en zonas de costa, elevándose a 2º en las de montaña. Respecto a la nieve la idea es que habrá 18 días menos al año, y quizás el dato más preocupante está en las lluvias. En el occidente de la comunidad llega a aventurar que los días de elevada pluviosidad se pueden recoger hasta 35 litros por metro cuadrado más que ahora.
Con esa idea de partida, los técnicos del Cedex buscaron el asesoramiento de los especialistas de cada Demarcación de Carreteras y del Adif, para ajustar un modelo que permitiera determinar cómo esas condiciones climáticas pueden afectar a las distintas infraestructuras. El resultado evidenció que Asturias era la comunidad con la red viaria más expuesta a sufrir argayos, caída de terraplenes, inundaciones por insuficiencia de drenaje, erosión de los taludes y los estribos, socavones de pilas y otros daños. En total un 48% de la red estatal de carreteras en Asturias entraba en la categoría de infraestructura con una «afección importante».
La AP-66, la carretera Pajares y las autovía entre Huesca y Jaca y el tramo de Linares a Úbeda son los tramos con más peligro
Aquel año la Red de Carreteras del Estado constaba de 26.403 kilómetros en todo el país; de esas calzadas el 3,2% estaban en Asturias. Lo notable del mapa nacional de vulnerabilidad que elaboró el Cedex es que en una escala de 0 a 10 de impactos, los niveles 9 y 10 de afectación importante a la circulación o infraestructura solo se lo reconoce a cuatro tramos: los 78 kilómetros de la autopista del Huerna, los 20 kilómetros de subida al puerto de Pajares (N-630) desde Campomanes, un segmento de 30 kilómetros de autovía entre Huesca y Jaca, y otro de 15 entre Linares y Úbeda, en Jaén.
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Según los cálculos de los técnicos, en estos cuatro tramos los cambios en temperaturas y lluvias esperados tendrán una afectación «significativa en algún punto de la sección, incluso puede llegar a ser total». Su reparación «requiere de la rehabilitación o reconstrucción de alguno o varios componentes de la infraestructura». En definitiva «se pueden producir retrasos en la circulación y/o requerir desvíos de tráfico que pueden prolongarse durante semanas o meses».
Hasta aquí, el análisis de la vulnerabilidad. Luego los especialistas introducen un factor de corrección. Tratan de medir cuáles serían las secciones críticas, las que demandan más atención, y para ello calibran los daños por el número de usuarios afectados. Ese giro provoca que al final recomiende estar vigilante sobre todo con las comunidades autónomas de mayor población y, en Asturias, en la 'Y'.
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Los expertos aconsejaron hacer estudios de detalle de los tramos más expuestos
El informe del Cedex evaluando la vulnerabilidad de las redes estatales de carreteras y ferrocarriles a las lluvias, calor, viento y nieve en 30 años concluye con una recomendación directa al Ministerio de Transportes. Plantea «elaborar una propuesta de actuaciones para mejorar la resiliencia de esas secciones más críticas y vulnerables», de forma que se puedan idear alternativas «para reducir dichos problemas y estimar el coste aproximado que supondría su ejecución». En paralelo pide ir directamente a estudios de detalle para los tramos en peor situación, de forma que se defina «a nivel de proyecto el alcance y el coste de las actuaciones que se proponen para mejorar su resiliencia».
Los expertos destacan que las mayores incidencias se esperan en terraplenes, taludes y drenajes. El informe subraya además que la vulnerabilidad no es estática, y que puede verse empeorada si no se hacen los trabajos de conservación adecuados.
El informe es de 2018, momento de auge de los análisis de cambio climático. Aunque de su lectura se puede concluir que convenía ver cómo reforzar las laderas y drenajes del Huerna ante un escenario de lluvias cada vez más torrenciales, no parece que el ministerio tenga en eso ahora sus preocupaciones.
Sin embargo sí va posando cambios de normativa. Estos días fue noticia que se dio luz verde al diseño del enlace de Robledo. Por normativa ahora para estas propuestas hay que analizar cómo afectan al cambio climático, si genera o reduce las emisiones. Eso llevó a calcular que la obra emitirá 6.683 toneladas de gases de efecto invernadero pero que luego dar esta conexión a los conductores reducirá sus emisiones.
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