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Las Herías, en Illano, uno de los pueblos donde se sintió el temblor. C. S.
Inquietud en el occidente por un temblor de 3,5 grados de madrugada

Inquietud en el occidente por un temblor de 3,5 grados de madrugada

El Instituto Geográfico Nacional detectó ayer, a las 6.43 horas un sismo con epicentro en Illano y que se sintió desde Castropol hasta Allande

Á. RODRÍGUEZ

ILLANO.

Lunes, 28 de marzo 2022, 01:23

Aunque todo quedó en un mal sueño, los vecinos del occidente se despertaron ayer con el susto en el cuerpo. Con el epicentro en el concejo de Illano, el temblor sacudió la tierra desde Castropol hasta Allande, incluso en algunas zonas gallegas limítrofes, como Ribadeo o Foz.

Algunos vecinos en Lendenquintana, Villayón, aseguran que sintieron moverse la cama, igual que otros en La Caridad y Piñera, en Navia. «Parecía un ruido como de un camión muy grande o como si pasara el tren por debajo», sostienen, aún alarmados.

Y es que, aunque la magnitud fue pequeña, de 3,5 grados en la escala Richter, la sacudida en los puntos más cercanos al epicentro, como Boal, fue considerable. «Menuda sacudida, creí que se iba a caer la casa», relatan los más cercanos. También desde Tol, en Castropol, aseguran que notaron bastante el temblor, «con una réplica más pequeña a las 7.20 horas. Los perros también lo notaron». Una «mala sensación» con la que despertaron igualmente los habitante de Andés, Vivedro, las localidades naviegas de Polavieja y Villapedre, Arbón, Jarrio o Villanueva de Oscos, entre otros.

Registrado a pocos kilómetros de los embalses de Doiras y Arbón, los vecinos temen las consecuencias del temblor en las infraestructuras. «Los terremotos no son buenos para los embalses, se resienten y puede haber una desgracia», sostienen, críticos con «la falta de un plan de evacuación en la presa de Navia. Como se rompa el embalse de Salime, el efecto dominó será catastrófico. De Navia, como mucho queda la iglesia», mantienen algunos locales.

Aunque no es la primera vez que se detecta un seísmo en la zona occidental de la región - uno de los últimos, el pasado enero en la costa de Oviñana, concejo de Cudillero, de 2,6 grados, o el último noviembre, de magnitud 2,8 en la sierra entre los concejos de Cangas del Narcea y Degaña-, los habitantes aún no se acostumbran a estas sacudidas, de la tierra que por unos instantes contagian el pánico.

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