El 'lobby' del norte marca «un antes y un después en el peso de Asturias en España», afirma Barbón

El encuentro había sido organizado por el presidente vasco, Íñigo Urkullu, mediante una carta que dejaba claras sus intenciones. Pedía trabajar «con perspectiva europea» y constataba los «incumpliemientos» en la ejecución del Corredor Atlántico ferroviario, derivados sobre todo de los retrasos que acumula Francia en su tramo con el País Vasco. A todo ello sumaba que «los planes y proyectos de inversión que vamos conociendo por parte de la UE y del Gobierno español no ofrecen expectativas de desarrollo de un vector atlántico del hidrógeno».

Hasta ahora, para cooperar dentro de la UE las cuatro comunidades solo estaban unidas por «una estrategia marítima», motivo por el que Urkullu defendía la oportunidad de constituirse en una macrorregión atlántica. La idea implica que el País Vasco corrige y se suma a unos formatos de los que había preferido quedar al margen, redefiniéndolos ahora a su favor. Cabe recordar que en 2010 Castilla y León, Galicia y el norte de Portugal se constituyeron como macrorregión Regiones del Sudoeste Europeo (Resoe), la primera de la península; en 2014 se adhirieron Asturias y el centro de Portugal y en 2017 lo hizo Cantabria.

La lectura que hizo ayer Barbón fue más en clave interna. Según aseguró, desde que inició la legislatura una de sus obsesiones habría sido trazar alianzas con el resto de comunidades. Recordó sus reuniones con homólogos sobre los Picos de Europa, el Camino de Santiago y la financiación autonómica.

«En esta legislatura hemos recuperado la relación institucional con Cantabria, que no existía y ha dado un resultado muy positivo», indicó Barbón, poniendo como ejemplo «la crisis de los trenes», desatada al desvelar EL COMERCIO que la fabricación de nuevas unidades para la red de ancho métrico (Feve) seguía parada casi tres años después de que Renfe adjudicara el contrato. El bloqueo obedeció a un problema con las dimensiones de los trenes y la incapacidad de los actores implicados para materializar una solución al respecto.

«Tuvimos una posición nítida y pactada con Cantabria», evocó Barbón, apuntando a las compensaciones logradas del ministerio, entre las que están la renovación de toda la flota y al menos dos años más de gratuidad del servicio de cercanías.

Siguiendo esta línea, los presidentes de Galicia y Asturias se reunirán el viernes en Taramundi para analizar las políticas de reto demográfico de la comunidad vecina. «Nos interesa. Ellos ya tienen una ley en vigor y políticas interesantes, sobre todo en relación con el retorno de la emigración. Hay políticas de Galicia que nos interesa conocer mejor», reconoció Barbón.

Además del encuentro de los presidentes, habrá una reunión de trabajo para tomar nota de la experiencia gallega. Consciente de que estaba situando como referente a un ejecutivo controlado por el PP, Barbón se cuidó de recordar que a la cita su gobierno llega «con los deberes hechos». Entre los mismos citó el borrador de ley de reto demográfico, que el Consejo de Gobierno ha aprobado y remitido a la Junta General, sin posibilidades de lograr su aprobación. «Será la primera que volvamos a registrar en la próxima legislatura», comprometió.

También mentó el presidente las ayudas directas a la natalidad del vigente presupuesto («de hasta 2.200 euros por hijo en concejos en riesgo de despoblación, que son casi todos»), las deducciones fiscales de 300 euros por hijo a cargo hasta que cumpla los 26 años y las que atañen a los menores de 35 años: «Cuando hagan la declaración de la renta en abril o mayo verán que se les reduce en 1.000 euros».

«Hay gente que me critica por estas reuniones, sobre todo si son con presidentes de distinto signo», expresó Barbón. «Mi lealtad es con Asturias y creo que la unión hace la fuerza», reiteró. Institucionalizar el foro con sus homólogos de Galicia, Cantabria y País Vasco provoca que «tengamos más fuerza ante el Gobierno de España, otros gobiernos o la Unión Europea», reivindicó.