J. C. TUERO

San Lorenzo y Salinas, las playas de la región con mayor riesgo de desaparecer

Losada asegura que Gijón «acabará perdiendo su playa» si no hay un plan integral que incluya la reposición de arena

M. SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 4 de junio 2021, 01:32

De 54 playas analizadas, la de San Lorenzo y la de Salinas son las que presentan un mayor riesgo frente al cambio climático y, por tanto, las que precisarían mayor atención de cara a paliar los posibles efectos del calentamiento global. Es lo que se desprende del estudio de la costa asturiana al que Íñigo Losada se refirió ayer en su ponencia como «pionero».

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Dicho estudio, de hecho, ha sentado las bases para el plan de adaptación de los puertos que se está tramitando en Asturias y en el resto de comunidades costeras del país. Este análisis parte de un aumento del nivel del mar de 65 centímetros, que «no es mucho». Tomando como punto de partida ese indicador, «si no se protege San Lorenzo, la inundación de la playa será cada vez mayor, el pan nuestro de cada día».

Su advertencia despertó el interés de los asistentes a la conferencia, que se celebró en el hotel Abba, a escasos metros precisamente de la playa. Hasta el punto de que muchas de las preguntas que le formularon a Losada iban dirigidas a conocer su opinión sobre el deterioro progresivo de San Lorenzo, motivo de debate ciudadano desde que se realizaron las obras de ampliación del puerto de El Musel y la principal playa de Gijón empezó a perder arena.

Plantea como solución seguir el modelo de Poniente, donde «la arena es más gruesa, pero también más estable»

«Si no se hace una reposición de arena, se acabará perdiendo la playa. Se necesita una actuación integral, orientado más a que avance la playa en lugar de a retranquear el Muro», sentenció. Regenerar la arena de San Lorenzo, eso sí, «cambiará la concepción que tenemos de la playa completamente», aproximando su aspecto al que tiene Poniente: «La arena es más gruesa, distinta, pero también es más estable».

O eso o la playa se pierde, se mostró convencido Losada. Y cuanta mayor sea la superficie de arena que desaparezca bajo el agua, menor es el aprovechamiento que se puede hacer de ella a efectos de «valor recreativo» o turístico. En el caso de San Lorenzo, la posible pérdida también está cuantificada: unos 240 millones de euros, de aquí a lo que resta de este siglo.

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El estudio de la costa asturiana no circunscribe las consecuencias del cambio climático únicamente al ámbito medioambiental, sino que también las relaciona con efectos de carácter socioeconómico, que deben ser tenidos en cuenta por las administraciones a la hora de articular sus políticas 'verdes' y planificar estrategias frente al cambio climático. Para Íñigo Losada resulta acuciante reducir emisiones contaminantes. «Hay que hacerlo muy rápidamente», urgió.

Si no, la temperatura podría aumentar 5º de media: Algunas zonas incluso podrían llegar a calentarse hasta 12º. Lo que, a su vez, se traduce en una pérdida anual de precipitaciones del 15%; en que la mitad de la población española esté sometida a estrés hídrico: o que España se haya puesto a la cabeza de los países europeos con más superficie quemada por incendios. «Los riesgos que no podamos reducir a través de la mitigación, tendremos que hacerlo adaptándonos», avisa.

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