Cuenta atrás para salvar un conjunto histórico en Viñón

El tiempo corre contra el reloj para salvar uno de los conjuntos históricos patrimoniales más importantes de Viñón, en Cabranes. Se trata de una panera de estilo maliayo del siglo XVII, un hórreo, una vivienda, una cuadra y un bar que están en riesgo de derrumbarse. Los vecinos han comenzado a movilizarse para intentar que las administraciones, tanto local como regional, den una solución al problema antes de que sea demasiado tarde. «Entendemos que son los propietarios quienes deben hacerse cargo, pero seguro que desde las administraciones puede hacerse algo más si hay voluntad. Es patrimonio de todos y no podemos dejarlo morir», señala David Muñiz.

Este conjunto de edificaciones se encuentra frente a la iglesia de Viñón, la cual data del siglo XI. «Dejar caer la panera es como dejar derrumbarse la iglesia. Es una pena que los visitantes se encuentren esto en este estado», lamenta Muñiz. Sobre la parroquia existe además un plan especial, aprobado en 2018 junto con el Plan General de Ordenación Urbana. «Hablan de que es una puerta para el turismo, pero luego no actúan. Aunque se trate de una propiedad privada, al final es patrimonio de todos y debe recuperarse para disfrute de la población», insiste este vecino.

El principal problema para su salvación es la incapacidad del Ayuntamiento para hacer frente a esta inversión, aunque posteriormente pueda reclamar el dinero a los propietarios. «No tenemos medios económicos para ejecutar la obra aunque queramos. Hemos abierto un expediente -el tercero sobre este tema- para intentar que desde Patrimonio se reclame a la propiedad o podamos conseguir financiación externa», explica el alcalde, Gerardo Fabián.

El regidor es consciente de la importancia histórica de estas edificaciones. «Hacemos lo que podemos y más. Hay que intentar que el patrimonio no se pierda, pero es un deber que nos concierne a todos, administraciones y propietarios. En los últimos meses hemos tenido que abrir varios expedientes porque los dueños no quieren conservar los hórreos», indica. En este sentido, los nuevos usos para hórreos y paneras que estudian en el Principado pueden ser «el futuro» para su conservación.