«La faba asturiana se adapta mal a la producción ecológica»

Los investigadores del Programa de Genética Vegetal del Servicio de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) han comprobado las dificultades de las variedades de judía de verdeo -en la que se incluye la faba asturiana- para adaptarse a la producción orgánica. Juan José Ferreira y Ana Campa llevan dos años estudiando más de 300 especies dentro del proyecto europeo Bresov, destinado a mejorar la competitividad de tres cultivos vegetales: brócoli, judía (fréjoles, en Asturias) y tomate.

«El escenario europeo tiende a la producción ecológica y es algo a lo que debemos irnos adaptando», explicó Ferreira. «Actualmente, es difícil que la producción ecológica pueda competir con una normal. Por eso es necesario intentar descubrir las mejores herramientas para darle la vuelta a este modelo».

Los investigadores han seleccionado la docena de fréjoles que mejores resultados han obtenido en el estudio y ahora comprobarán sus resultados con productores ecológicos de la región para ver si coinciden. «Eso nos permitiría saber qué líneas son más adaptables a la producción ecológica y qué defectos tienen», señaló.

Los estudios desarrollados en el Serida también han permitido comprobar cómo la humedad de las semillas puede afectar a la calidad final. «A consecuencia del cambio climático y del aumento de las temperaturas se produce un sobresecado de las fabas. Eso, al final, es una bajada en la calidad de la misma», afirmó Ana Campa.

Asimismo, el equipo de la entomóloga Rocío Rosa estudia los daños causados por los insectos. Concretamente, los trabajos se han centrado en el chinche verde. «No debemos perderles la pista porque parece que su presencia se está incrementando», advirtió, aunque por el momento ya han detectado varios enemigos naturales que acabarían con él.