El Principado culmina en un solo año la mejora de la carretera que une Ranón y La Arena

Los cientos de vecinos que residen entre San Juan de la Arena y Ranón y que dependen diariamente de la carretera AS-318 para moverse entre ambas localidades están de enhorabuena porque la Viceconsejería de Infraestructuras ya ha dado por terminada una obra que sufrió numerosos retrasos que desde la administración justificaron en su momento por las dificultades en la gestión de la expropiación de terrenos.

Hubo que esperar más de lo debido para que empezase la obra, pero lo cierto es que los trabajos se han desarrollado en la mitad del tiempo que estaba previsto. «Era una obra muy necesaria por la que se peleó conjuntamente durante mucho tiempo entre los vecinos y el Ayuntamiento. Supone una mejora muy importante para las comunicaciones del pueblo y del concejo», destacó el teniente de alcalde de Soto del Barco, Francisco Javier García, que este fin de semana visitó las obras terminadas junto a la directora general de Infraestructuras, Esther Díaz.

Se trata de una obra que supuso una inversión total por un importe de 2,6 millones de euros a cargo de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial y afectó a unos 5,7 kilómetros en una plataforma que tenía unos anchos que llegan hasta los tres metros y que se ensancharon hasta los seis metros para mejorar las condiciones del terreno y solventar los problemas de inundaciones que venían denunciando los vecinos.

Parece que esta actuación evitará la aparición de socavones y baches, pero además se ha ampliado el radio de las curvas más cerradas y el crecimiento de este ancho permitirá que dos vehículos se crucen sin ningún riesgo, algo que hasta ahora era imposible en muchos tramos de esta carretera.

Al inicio de los trabajos, que comenzaron en hace ahora un año, el Principado justificó los retrasos para empezar la obra aludiendo a que el proyecto había supuesto una serie de procesos de expropiación que habían comenzado a finales de 2019 y que no se pudieron regularizar hasta mediados del año pasado. Ahora, por fin, el calvario de los vecinos ya es cosa del pasado.

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