El número de escolares repetidores en Primaria se redujo a la mitad en pandemia

El problema más grave se da en Secundaria, pero Primaria no es ajena. La LOMLOE limita las repeticiones en esta etapa, una medida que debe ser «absolutamente excepcional», en palabras de la consejera de Educación, Lydia Espina. Pero lo cierto es que en ese asunto la pandemia ya ha hecho cierta labor. Según las cifras oficiales del ministerio, en el curso 2019-2020 la tasa de repetidores en Primaria en Asturias (la media de todos los grupos y de las dos redes educativas) era el 1,4%. Un curso después, en el 2020-21, cuando los escolares volvieron a las aulas, el porcentaje descendidó a la mitad, un 0,7%.

Con la LOMLOE, en Primaria se limitan las repeticiones a los cursos pares, esto es, a los de final de etapa. Así lo han explicado desde la consejería: con la intención de dar a los niños un mayor tiempo para lograr los objetivos, Primaria se vuelve a organizar en ciclos y la promoción será automática en primero, tercero y quinto. Solo en segundo, cuarto y sexto se podría valorar la repetición y la decisión debe tomarse por acuerdo o por mayoría simple (con el voto de calidad del tutor).

Los centros recibieron el boletín de la consejería con información sobre la carga horaria de las materias para comenzar la organización del próximo curso. Una carga horaria que podría «matizarse», dicen algunos, que gana por ejemplo media hora para la Educación Física en quinto y sexto, pero restándosela a la Educación Artística. Geles García, directora del colegio Miguel de Cervantes, considera esos cambios una «tomadura de pelo». Pero en su caso no puede menos que felicitarse por la importancia que el aprendizaje por proyectos cobra, ya que el centro que dirige hace tiempo que está comprometido con este cambio. El director general de Ordenación, David Artime, ponía como ejemplo AXT, la Escuela de Periodismo del Cervantes y EL COMERCIO.

En el mismo sentido se expresa el presidente de Escuelas Católicas, Simón Cortina, satisfecho con la «decidida apuesta por la implementación de metodologías que promuevan la personalización del aprendizaje, auténtico reto educativo». «El trabajo por proyectos y la posible organización por ámbitos favorecerá una nueva forma de enseñar y de aprender que tenga en cuenta la realidad y necesidades del alumnado», añade.

Por su parte, desde ANPE lamentan que los nuevos términos no se hayan consultado con el profesorado, lo que supone «un desprecio hacia la opinión profesional del colectivo».

También desde la Facultad de Formación del Profesorado analizan los cambios, que les afectan directamente. Su decano, Celestino Rodríguez, se muestra satisfecho con la «declaración de intenciones», pero advierte de que «el trabajo por ámbitos, por proyectos, la equidad, la flexibilidad curricular, requieren de recursos y de estabilización de plantillas». De eso y de «formación» para los docentes, sobre todo respecto a la evaluación por competencias. Pero, por encima de todo ello, Rodríguez defiende que los centros y los docentes asturianos son «grandes profesionales, que trabajan siempre en la mejora del aprendizaje. Estamos preparados para afrontar los retos que vienen».