Navelgas saca el cucharón para celebrar su vigésimo festival del potaje

Trece fueron las potas que llegaron a mediodía soltando vaho y perfumando la avenida General Capalleja de Navelgas. Fueron 39 los paladares que, pagando una inscripción de dos euros, formaron parte del jurado popular del concurso encargado de elegir la mejor elaboración. Con ellos, nueve fueron los miembros del jurado profesional: Begoña Mayo, de la chacinería Alta Sierra de Tineo, en representación de la IGP Chosco; César Fernández y Mariel Muñiz, de Cafento; José Ramón Feito, gerente del Banco de Tierras; Mónica Fernández, directora de zona de Caja Rural de Asturias, y Ángel Lago y Esther Castro. La nómina la completaban, para dar una «visión desprejuiciada» del pote, dos holandeses afincados en Asturias y con lazos familiares en Navelgas: Marteen Jacobs y Walter Vanderpoel.

Todos los encargados de valorar coincidieron, tras la cata a ciegas, en que la mejor propuesta era la de Leorgina González, quien se coronó con su potaje como el más sabroso del Cuarto de los Valles tinetense. «¿El secreto? La paciencia, y la patata en vez de cortarla, escacharla, es decir, antes de terminar de rajarla, se ahueca el cuchillo y se casca», explicó la cocinera tinetense, que defendió, además, que todos los ingredientes que echa a su pota «son de kilómetro cero». «Las berzas son de mi huertina, el compango, de Tineo, y la judía también tinetense, blanca y de granja, de altísima calidad», aseguró.

En el segundo premio, los jurados popular y profesional discreparon. Mientras que el primero otorgó la medalla de plata a Guillermo Álvarez, el segundo se la entregó a Josefa Rodríguez, que también se colgó la medalla de bronce del jurado profesional. El pueblo, por su parte, se la entregó a Casa Vicentón, restaurante tradicional ubicado en Navelgas.

«¿Que siente un holandés cuando saborea un buen potaje? ¡Felicidad!», comentaba divertido el holandés Maarten Jacobs, amante de la gastronomía asturiana desde que se la descubrió su mujer, oriunda de Navelgas. También se declara «fan de la morcilla».

Los vecinos de Navelgas tuvieron el gusto de acercar sus cucharas a las potas concursantes. Y, bajo un soleado día otoñal, degustaron en comunidad el plato de cuchara.