Los pueblos de Salas podrán conectarse a internet de banda ancha este verano

La plena conectividad será una realidad este verano en el concejo de Salas. Al menos, esas son las previsiones con las que trabajan la cooperativa Sestaferia.net y el Ayuntamiento salense. «Los planes PEBA para llevar la fibra óptica al medio rural llegan en la mayoría de los casos a grandes núcleos, pero no a los pueblos», argumenta el edil de Desarrollo Local y Nuevas Tecnologías, Alejandro Bermúdez, que optó por buscar una alternativa, pues la cobertura 4G también falla y no dejará de insistir a las administraciones. A día de hoy, la fibra óptica solo está disponible en la villa de Salas, La Espina y Cornellana.

Así, en noviembre de 2019 el Consistorio se puso manos a la obra y comenzó a trabajar con la cooperativa para echar a andar el proyecto y las tramitaciones previas. Hace dos meses se lograba dar cobertura a la zona a través del repetidor del Alto de Cabruñana (Grado). Comenzaban a tejer una red de puntos para llegar a cada una de las más de veinte parroquias del concejo. En la actualidad ya son más de sesenta pueblos que disponen de conexión a internet de banda ancha. Ello es posible gracias a la instalación de repetidores en el Alto Parafita (Tineo), Zarrín, La Sala y Villamar, en Salas. Se está trabajando en nuevos puntos ubicados en Salas, Belmonte de Miranda y Pravia.

A través de esta cooperativa de usuarios, los vecinos constituyen su propia red de telecomunicaciones en el pueblo. «Los dispositivos tienen que tener 'visualización' directa entre ellos para poder enlazar entre ellos vía radio. Es una banda libre de cinco megahercios», puntualizó el presidente de la cooperativa, César Díez. Una vez que los pueblos logran esta infraestructura ya es posible llegar a los operadores. Se conectan a 30 megas.

El Ayuntamiento de Salas, por su parte, facilita emplazamientos y permisos. «Para el medio rural es vital. La intención es lograr recuperar población y atraer iniciativas empresariales que enraícen aquí», defiende Bermúdez. De hecho, el concejo cuenta con varios emprendedores que han logrado implantar sus negocios y lidian cada día con la incertidumbre de las conexiones.

Es el caso de Daniel Martínez, ingeniero informático que trabaja en una vivienda de la familia en Mallecín, cerca de la villa salense. «Estuvimos hasta tres días sin poder trabajar a finales de agosto. No supimos el motivo», relata. Poco a poco la situación mejora y han logrado sobrevivir con el 4G, pero afirma, «es toda una aventura».

Se trata de un periplo al que tampoco es ajeno César Escolar, que trabaja desde El Pevidal con su empresa Roduly Wonder Soft. «Hoy la conexión es aceptable, pero hace años no podías reunirte 'online' con clientes cuando hacía viento», recuerda Escolar.