El suroccidente, en pie de guerra contra el «histórico abandono» de la zona

«El Suroccidente despertó» hace meses y no está dispuesto a «seguir destacando por la precariedad». Encabezados por algunas de las mujeres que en Cangas iniciaron las protestas y por Laura y Miriam, las hijas de Lusci Mon, fallecida en el desprendimiento de Soto de la Barca, unos 500 vecinos se concentraron esta mañana en Casazorrina, Salas, a escasos metros del gran argayo que cortó hace meses la nacional 364. Aunque la marcha estaba prevista hasta el puente de La Barrosa, donde los operarios trabajan en la cimentación, el intenso tráfico obligó a la comitiva a desviarse por la variante de la nacional. El descontento de los vecinos, «hartos de jugarse la vida en las tercermundistas carreteras de la comarca», se agravó con la ausencia de los alcaldes socialistas. Diputados del resto de grupos parlamentarios, «de todos lo colores e ideologías» participaron de la protesta reivindicando «el histórico abandono» de la zona occidental de la región, junto a la teniente alcalde de Cangas del Narcea, y los regidores de Salas e Ibias.

«El Suroccidente está excluído social y económicamente. Lo único que tienen que hacer para comprobarlo es venir aquí y viajar por una de nuestras carreteras» aseveró Miriam Álvarez, vecina de Allande e hija de Lusci.

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