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Salvador Pilar, de la quesería La Collada, atiende a varios clientes en San Juan de Beleño. FOTOS: NEL ACEBAL

Beleño agota 300 kilos de queso

La Collada y Mayte Traviesa resultaron vencedores en el 35 Certamen de Los Beyos | La variedad de leche de vaca fue una vez más la más abundante, a 15 euros el kilo, mientras que la de cabra cotizaba a 17 y la de oveja, a 18

LUCÍA RAMOS

BELEÑO.

Lunes, 3 de diciembre 2018, 01:40

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Con mucho mimo, eligiendo la mejor leche de sus vacas, cabras y ovejas y dejando cada pieza madurar el tiempo necesario para adquirir esa cremosidad que caracteriza al secreto mejor guardado de Los Beyos. Así llevan años y años elaborando su particular queso los ganaderos de Ponga, Amieva y Oseja de Sajambre (León). Un producto que antaño se disfrutaba en familia o con los vecinos, pero que desde hace décadas sus productores quisieron abrir al resto del mundo, ganándose cada año más adeptos. Así quedó demostrado ayer, cuando en la capital pongueta los seis elaboradores que acudieron al 35 Certamen del Queso de Los Beyos agotaron en apenas unas horas los cerca de trescientos kilos que llevaron.

Llegadas desde Gijón, Cangas de Onís y Oviedo, las amigas Carmen Valdés, Ana González, Victoria López y Yolanda Sánchez fueron algunas de las que 'pecaron', llevándose varias piezas, sobre todo de las elaboradas con leche de vaca. «Venimos prácticamente todos los años y aprovechamos para pasar el fin de semana en Ponga, que es precioso, pues tenemos una casa alquilada», explicaron, indicando que es precisamente la «suavidad» del queso lo que más les gusta. «Ahora vamos a disfrutarlo con unas botellinas de sidra. No hay plan mejor», apostillaron.

También la maliaya Marioli Carriles se confesaba enamorada del Beyos. «Me encanta su textura, tan cremosa, y en cuanto a variedad, prefiero el de cabra al de vaca», señalaba, apuntando que «este queso es menos conocido y valorado de lo que se merece».

Una apreciación que no se puede aplicar al pongueto Segundo Velasco, quien siempre tiene alguna pieza de su queso favorito en casa. «Para mí es el rey, es muy natural y tiene muy buen gusto, se nota que está hecho con leche de animales que pastan en buenos praos, y no de pienso», explicaba, mientras se hacía con varios ejemplares de los diferentes puestos presentes ayer en San Juan de Beleño. «Me gusta tomarlo sobre todo después de comer, pero también viene bien para pinchar entre horas con un buen vino», señaló.

Así, entre compras y degustaciones, llegó el momento de conocer a los vencedores del certamen, que contó con la participación de un único quesero profesional de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) y de cinco artesanos llegados de diferentes localidades ponguetas. El vencedor en la primera de las categorías fue, por tercer año consecutivo, Salvador Pilar, de la quesería La Collada, emplazada en Cirieño (Amieva), mientras que en la de artesanos el oro se lo llevó Mayte Traviesa, de Viego; seguida por el joven Alejandro Alonso, de Cainaba, y por José Ángel Moriñigo, de San Ignacio de Los Beyos.

Hace más de treinta años que Salvador Pilar puso en marcha su quesería, si bien como buen habitante de Los Beyos se crió «viendo, haciendo y degustando» el producto que sus padres y abuelos ya elaboraban. El secreto, indicaba ayer, encantado con su galardón, está en «almacenar la leche hasta que coja un poco de acidez y que así salga la esencia del queso».

El de cabra, que ayer se vendía a diecisiete euros el kilo, es el que más éxito tiene. «Es más sabroso, y cuanto más curado está, más intensidad», explicó. También potente es el sabor del de oveja, siendo el puesto de La Collada el único en el que se podía encontrar, a dieciocho euros el kilo. La de leche de vaca volvió a ser, una vez más, la variedad más abundante, pues es la que llevaron todos los artesanos, cotizando a quince euros el kilo, como en ediciones anteriores.

Precisamente de vaca es la especialidad de la vencedora en la categoría de queseros artesanos, Mayte Traviesa. «Crecí viendo el queso en casa siempre, pues antes lo hacíamos para comerlo nosotros. Ahora no hago mucho, pero lo acabo todo, repartiendo entre familiares, vecinos y conocidos», explicó. Para poder elaborar el producto de forma ininterrumpida, agregó, deja siempre dos vacas en casa, de forma que no le falte leche.

Cazu, un pueblo de oro

Durante la jornada de ayer no solo los queseros estuvieron de enhorabuena, pues el Ayuntamiento de Ponga aprovechó para hacer entrega del premio Angazu de Oro a los ganadores en esta primera edición: los vecinos del pueblo de Cazu. Con el galardón, el Consistorio pretende reconocer la labor de aquellas localidades que luchan por mantener su paisaje y tradiciones, algo que en el pequeño núcleo llevan tiempo haciendo de forma sobresaliente. «Esta iniciativa sirvió para que nos uniéramos aún más y sacáramos adelante proyectos que llevábamos tiempo planeando, como mejorar la limpieza y arreglar algunos hórreos», explicó Cesáreo Llera, quien reconoció que en Cazu todos están «locos de contentos» al saberse los primeros ganadores de este premio.

También aportó su granito de arena en uno de los días más importantes para el municipio el pongueto de adopción José Antonio Lobato. El veterano actor asturiano se mostró agradecido con «un concejo que me acogió como uno más desde el primer día» y, si bien reconoció adorar el queso de Los Beyos, que conoce desde «hace más de cuarenta años», recalcó que lo más importante que tiene Ponga «son sus gentes».

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