Fomento abre mañana un carril del Pontón tras invertir 1,68 millones

Casi siete meses después de que diesen comienzo las complejas obras de reparación del argayo que afecta a la carretera nacional 625 a la altura de la localidad amievense de Camporriondi, usuarios y vecinos por fin se podrán despedir de forma definitiva de los cortes totales de tráfico. Así lo indicaban ayer fuentes del Ministerio de Fomento, encargado de la actuación, al anunciar que mañana mismo está previsto que quede abierto al tráfico uno de los carriles de la conocida como carretera del Pontón, que conecta la comarca oriental con la Meseta.

Los avances realizados en las últimas semanas permitirán acabar con unos cortes que se prolongaban desde que comenzase la actuación el pasado mes de abril entre los puntos kilométricos 140,330 y 140,450 de la carretera y que obligaban a todos los vehículos a desviarse por carreteras secundarias de Ponga y Amieva. Así, a partir de mañana se habilitará el paso alternativo de vehículos, regulado por un semáforo. Es el mismo sistema que se venía usando hasta ahora, pero fuera del horario de trabajo -de lunes a viernes de 8.30 a 13.30 y de 15 a 20 horas-, cuando las restricciones eran totales.

Ya durante el verano se tomó la medida provisional de compatibilizar las obras con la apertura de uno de los carriles para tratar de reducir al mínimo el impacto que estas estaban teniendo en los usuarios, vecinos y, sobre todo, establecimientos turísticos de la zona. Sin embargo, el pasado 10 de septiembre los cortes totales regresaban a la carretera del Pontón para dar el impulso final a las labores de reparación del enorme argayo que provocaron las fuertes lluvias de principios de año. Según señalaron desde Fomento, las obras, que cuentan con un presupuestos de 1,68 millones de euros, «se están ultimando» y pronto quedará liberada toda la calzada.

Los deslizamientos provocados por el temporal del pasado enero afectaron a varios muros de sostenimiento de la calzada, por lo que para la reposición de la plataforma de la misma los trabajos se centraron en la construcción de voladizos de hormigón armado sobre el Sella, así como en la estabilización de la ladera. Concretamente, explicaron desde el Ejecutivo central, se levantaron «tres voladizos de hormigón armado anclados con tirantes a tracción de acero de 40 milímetros y micropilotes de 200 milímetros de diámetro en zonas de compresión».

Además, para estabilizar la ladera se utilizaron sistemas diferentes, en función de las características de la zona afectada: «hormigón proyectado sobre malla metálica electrosoldada y bulones, escollera y escollera reforzada con red de cables». Todo ello, puntualizaron, «previo saneo, demolición y retirada de muros de mampostería y de hormigón inservibles». Asimismo, los operarios procedieron a reponer el pavimento, el drenaje, la señalización, el balizamiento y las defensas, por lo que solo quedan pendientes los «últimos remates» para dar por concluida la actuación.

Estas obras y los trastornos que supusieron en el entorno del desfiladero de Los Beyos generaron múltiples protestas y los afectados llegaron a manifestarse en verano.