«Quedamos con lo puesto», lamenta el patrón del barco hundido ayer en Barro
Los cuatro tripulantes pudieron salir a nado hasta la playa llanisca después de que la nave naufragase al ser arrastrada contra las rocas
«Quedamos con lo puesto, les tuve que prestar ropa mía a los buzos porque todo, hasta las mochilas con toda nuestra documentación, quedó en el barco». Así se expresaba esta mañana el patrón del 'Virgen de Guía' el barco que ayer por la tarde naufragó frente a la llanisca playa de Barro. Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales, ya que los cuatro tripulantes que se encontraban a bordo -el patrón, un marinero y dos buzos-, pudieron llegar a nado hasta el arenal, donde fueron asistidos por el personal de Salvamento de Playas de Llanes. «Yo casi no lo cuento, porque estaba en el puente de mando cuando pasó todo y quedé justo debajo de la lancha», relató a EL COMERCIO, todavía asustado, el patrón.
Al contrario de lo que se señaló en un primer momento, el veterano pescador explicó que «no hubo ningún exceso de carga, pues los dos buzos son nuevos y estábamos precisamente tan cerca de la orilla para que se fueran haciendo al trabajo». El 'Virgen de Guía' se encontraba participando en la campaña de arranque de ocle iniciada el pasado 1 de julio cuando tuvo lugar el accidente, en torno a las ocho de la tarde. «Estábamos fondeados, con dos anclas en proa y popa y ya íbamos a recoger, por lo que quitamos una y fue cuando, aún no alcanzo a saber por qué, las máquinas se pararon y quedamos a merced de la mar, que nos llevó contra unas rocas y terminamos volcando», relató el patrón.
Este veterano marinero gijonés que desde hace unos años tiene su base en el puerto de Llanes se mostró sumamente crítico con el proceder de las aseguradoras. «Tenemos todo legal, pagamos todos los seguros que se nos exigen y no fueron capaces ni siquiera de facilitarnos un coche para que los buzos, uno de avilés y otro gallego, pudieran volver a casa o una habitación de hotel para que pasaran la noche», lamentó. Reconoció que «hasta el momento» no supo nada de su compañía de seguros, por lo que desconoce si se va a proceder a reflotar el barco o no. Lo que sí sabe, lamentablemente, es que «esto es una desgracia». «Ya el año pasado se me hundió el barco estando amarrado en el puerto, luego vino la pandemia con una bajada importante de los precios y ahora, que es cuando podíamos recuperarnos un poco, esto», enumeró, apesadumbrado.