El Museo de Covadonga suma un retrato del Rey Pelayo y el modelo de la imagen de la Virgen

De todas las vertientes que engloba el santuario de Covadonga, la cultural juega un papel principal junto a la religiosa y la natural. Prueba de ello es el museo, que pese a permanecer cerrado por la pandemia no ha dejado de trabajar para seguir aumentado sus fondos y ofrecer así nuevos alicientes a los visitantes. Las últimas incorporaciones están además íntimamente relacionadas con las dos grandes figuras del Real Sitio: la Virgen y el Rey Pelayo. En el primer caso, la pieza es una cesión temporal del Museo Nacional del Prado, institución con la que colaboran activamente. Se trata, en concreto, de un modelo en escayola de la Virgen de Covadonga, la imagen de 1908 obra de Juan Samsó que ya se encuentra en la Basílica. El boceto, sin embargo, se conservaba en El Prado y será ahora cuando ambos puedan contemplarse sin salir del Real Sitio.

La pieza a la que dio lugar ese estudio estaba destinada a venerarse de forma paralela a la Santina, por lo que, para evitar confusiones, optó por un diseño distinto, con la imagen de María sedente. Recuerda por esa postura, explican desde el Museo, a la antigua Virgen del siglo XII destruida en el incendio de 1777 del Templo del Milagro. Con este modelo, son ya 18 las obras cedidas por el Prado a Covadonga, incluyendo los 15 cuadros de reyes y los dos que se exponen en la Basílica, todo un «privilegio y un lujo» para el santuario.

La segunda de las obras es un lienzo de 1842 obra de Federico de Madrazo, conocido tanto como 'Don Pelayo proclamado Rey de Asturias' como 'Pelayo abrazado al estandarte'. La cesión, también temporal, parte de un particular y la peculiaridad de la obra es está considerada como el inicio de la colección pictórica de reyes, encargada posteriormente por Isabel II a José de Madrazo. De ese conjunto, los correspondientes a la monarquía asturiana están depositados en el Museo de Covadonga, si bien pertenecen también a El Prado. No obstante, durante los centenarios de 2018, desde la institución cultural ya manifestaron su intención de prolongar el depósito.

Más allá de esas dos piezas, en el Museo aguardan también por otro cuadro, actualmente en proceso de restauración y que supone la «primera imagen que se conoce de Covadonga». Su autor es Francisco Leopoldo Reiter y la datación que manejan es previa al incendio de 1777. Explican, además, que existe una obra «casi gemela» en el Colegio de Abogados de Oviedo, pero en el Real Sitio carecían de original hasta la fecha.

Paralelamente, el Museo de Covadonga sigue sumando otro tipo de piezas, los exvotos donados por fieles. La previsión es que el centro abra sus puertas una vez que la afluencia comience a despuntar en el santuario.