El preso fugado en León huyó por el monte de Cabranes a Villaviciosa y pudo recibir ayuda

La Guardia Civil sigue muy de cerca a Miguel Ángel Crespo, el preso asturiano que se fugó el pasado martes de la cárcel de Villahierro, en León. Los agentes estuvieron buscándolo ayer por el monte de Cabranes, donde hallaron el vehículo que robó el jueves en la capital leonesa, un Peugeot 306 de más de 20 años, tras agredir a un octogenario con el fin de emprender su huida hacia Asturias.

Ese turismo fue encontrado a primera hora de la mañana en el concejo cabraniego, cerca del límite con Nava. La Guardia Civil comenzó entonces una búsqueda por la zona, a la que se sumó el helicóptero, aprovechando que en ese momento se encontraba fuera de la base realizando otra operación. Los agentes estuvieron varias horas inspeccionando el terreno y buscándolo por los montes de Cabranes, aunque finalmente se canceló el operativo al no dar con el fugitivo.

Aun así, los cuerpos policiales siguen en alerta por si pudiese haber novedades sobre el paradero de Crespo. Una de las principales hipótesis con las que trabajan, según ha podido saber este periódico, es que el preso podría haber recibido ayuda en Villaviciosa o Cabranes para continuar con su fuga. Se sabe que cuenta con amigos en la zona, donde pasó parte de su infancia, y su ex pareja es de Siero. Esta circunstancia complicaría aún más dar con su paradero.

Además, Crespo ya tiene experiencia en fugarse de prisión. La última ocasión fue localizado en una autocaravana en la zona de Rodiles, en Villaviciosa.

Todo comenzó el pasado martes. Miguel Ángel Crespo participaba en una salida terapéutica de la cárcel de Mansilla de las Mulas. Según fuentes penitenciarias, el asturiano se encontraba en segundo grado y tenía «un comportamiento ejemplar». Por ese motivo, formaba parte del grupo de presos elegido para hacer tareas en el exterior. En esta ocasión, acudió con el resto de reos a realizar trabajos de limpieza en el cementerio de Mansilla de las Mulas. Concluida la labor, volvía con el resto de compañeros bajo la tutela de un monitor.

Sin embargo, se rezagó en el cruce de un paso de cebra y, aprovechando que pasaba un camión de grandes dimensiones, desapareció. «Apenas fueron tres segundos de margen», explicaron desde la prisión. Puesto en marcha el equipo de búsqueda, se le vio en la Ronda Este de León. Ya acompañado de una mujer, también reclusa, también en Mansilla de las Mulas, y que acababa de romper un permiso penitenciario. La siguiente noticia que hubo de ambos fue ya el miércoles. La Guardia Civil supo de ellos cuando la pareja intentó robar un vehículo en Puente Villarente. El conductor logró evitar el robo y ser herido por ambos.

Tras desaparecer de nuevo, logró hacerse con un vehículo. Se presentó en una nave en La Candamia donde encontró a un octogenario con su coche. Tras una agresión, el fugitivo le robó las llaves de casa, el dinero y el móvil, y hubo de recibir asistencia sanitaria por las lesiones recibidas. Entonces se desplazaron a Asturias, donde acabaron dejando el turismo. La Guardia Civil continúa buscándolo.

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