«No hay presupuestos, pero sí hay instrumentos para canalizar recursos»
«Igual que el Principado está haciendo cálculos para subvencionar los billetes de los trenes, entiendo que el Estado, en prórroga, también tendrá capacidad»
Guillermo Peláez (Oviedo, 1984), consejero de Hacienda y Fondos Europeos, es también desde el pasado mes de enero la nueva voz del Gobierno. Reconoce ... que la prórroga presupuestaria anunciada esta semana por el Ejecutivo central es una «mala noticia», pero da por garantizadas las inversiones plurianuales y confía en que a través de suplementos de crédito se puedan abordar también el resto de compromisos, como la declaración de Obligación de Servicio Público de la línea Gijón-Madrid. «No hay presupuestos, y es una mala noticia, pero sí hay instrumentos legales para canalizar recursos», responde en su primera entrevista como portavoz del Gobierno.
–El Principado da por garantizadas las inversiones plurianuales del Gobierno central pese a la prórroga. La oposición no lo tiene tan claro.
–Una prórroga nunca es deseable, pero en este caso no iba a haber unos presupuestos efectivos hasta después del verano y, por lo tanto, iban a tener escaso impacto. Además, nos han garantizado que las entregas a cuenta las van a aprobar a través de decreto ley. Igual que la subida salarial de los empleados públicos. Y con respecto a las inversiones, aquellas que tienen compromisos plurianuales están garantizadas, y luego hay mecanismos legales para crear suplementos de crédito, por lo tanto se podrán abordar nuevas inversiones.
–¿Quedan entonces a la espera de esos posibles suplementos de crédito compromisos, como los 18 nuevos trenes o más rebajas en el peaje del Huerna?
–Las rebajas en el peaje están garantizadas. El acuerdo al que se llegó era que había que agotar el crédito destinado a bonificaciones, por lo que las nuevas deducciones van a operar con el crédito de 2023 y, por lo tanto, son una realidad.
–Pero el Principado aspiraba también a aumentar la partida...
–Todo lo que sean novedades con respecto a 2023 tendrán que articularse aparte, a través instrumentos legales.
–Y sin presupuestos, ¿en qué queda ahora la Obligación de Servicio Público de la línea Gijón-Madrid?
–Esa declaración es independiente de que haya presupuestos o no, aunque para que haya una dotación presupuestaria que la sustente es necesario que haya crédito. No obstante, igual que en el Principado, donde no tenemos presupuestado ese 25% que nos correspondería para financiar las subvenciones de los billetes, estamos haciendo cálculos para poder hacer esa reclasificación de crédito, entiendo que el Estado, aunque en prórroga, también tendrá capacidad de hacer modificación de crédito. No hay presupuestos, y es una mala noticia, pero sí hay instrumentos legales para canalizar recursos.
–Sin presupuestos, de financiación autonómica ya ni hablamos, ¿no?
–Hay que reconocer que la situación es compleja. Pero creo que la necesidad tiene que servir de catalizador para llegar a ese consenso entre comunidades autónomas y, desde luego, contamos con la voluntad del Gobierno de España. Yo no tiraría la toalla.
–Por ahora lo que se ha hecho es publicar las balanzas fiscales. ¿Qué lectura hace de ellas?
–Hablar de balanzas fiscales es entrar en un marco en el que no estamos cómodos, que es la guerra entre territorios. Las balanzas pueden ofrecer información a quienes quieren hurgar en ellas, pero no deben ser referencia para el cálculo de un modelo de financiación.
–Es lo que parece que pretende Cataluña...
–Sí, pero creo que se ha llevado la primera en la frente porque, en cuanto a las pensiones, se ha demostrado que no tiene autonomía para sostener su propio sistema. Esto pone de manifiesto que como país somos más fuertes unidos.
–La relación del Principado y el Gobierno central parece que está más tensa de lo habitual. ¿Se les agota la paciencia?
–Aunque los partidos que sustentan ambos gobiernos son los mismos, somos dos gobiernos distintos. Nosotros tenemos como máxima prioridad los intereses de Asturias, y eso nos lleva a situaciones de fricción cuando entendemos que no se cumplen los compromisos. Y en ese sentido creo que hemos demostrado que no nos tiembla la mano al reclamar todo aquello que consideramos prioritario. Lo demostramos con el lobo, con las infraestructuras y ahora con los trenes. El Gobierno habla de un incumplimiento de la empresa, pero nosotros entendemos que el compromiso lo tenía el Gobierno de la nación con Asturias y así se lo reivindicamos y exigimos responsabilidades. Y el Gobierno ha cumplido con nuevas bonificaciones.
–¿No resulta frustrante que todo lo que parece que consigue Asturias en materia ferroviaria es en forma de compensación por incumplimientos previos?
–Lo que hay que poner de manifiesto es que, frente a los incumplimientos, nosotros reivindicamos los intereses de Asturias de tal forma que logramos acuerdos que son reconocidos incluso por las comunidades de nuestro entorno. Yo creo que demuestra la capacidad negociadora que tenemos en Madrid. No obstante, parece que en Asturias el único problema que hay son los trenes y hacemos un casus belli por que un tren llegue a las 9.35 y no a las 9.30. Hay que poner en valor su justa perspectiva. La apertura de la variante ha traído importantes mejoras y no podemos permitir que los árboles no nos dejen ver el bosque.
–Lleva unos meses como portavoz de un Gobierno sustentado por dos partidos. ¿Cuántas veces se ha tenido que morder la lengua para evitar herir la sensibilidad de su socio?
–Nunca, francamente. Es verdad que somos un gobierno sustentando por dos fuerzas políticas distintas que tienen cada una su programa de gobierno, pero desde el momento en el que se firmó el acuerdo programático, somos un gobierno de unidad progresista. Hay una única hoja de ruta y ahí estamos absolutamente coordinados.
–IU no esconde sus críticas. La más sonada tras el anuncio de Barbón de crear una macroconsejería...
–El presidente ya ha dado todas las explicaciones al respecto y sorprendió a propios y extraños porque no estamos acostumbrados a ver a un político reconocer su error. Prueba de ello es que cogió por sorpresa al PP, que creyendo que Barbón era un político al uso, se atrevió a retarle. Pero no es un político al uso, es un político que sabe reaccionar, reconocer los errores y asumirlos.
–Parece que ahora el motivo de fricción son las directrices de comercio. ¿Cuál es la posición de partida del Principado?
–No hay ninguna discrepancia porque todavía estamos en un momento inicial. Hay consenso en que deben ser actualizadas y modernizadas, pero no sólo por determinadas empresas de las que se habla, sino también porque se han detectado necesidades en las alas, la mesa sectorial de Fade también ha puesto encima de la mesa determinadas cuestiones y ahora lo que vamos a hacer es sentarnos con los agentes sociales para diseñar unas nuevas directrices y adaptarlas a las necesidades actuales.
–PSOE e IU tienen visiones diferentes al respecto y hay mucha expectación por saber quién va a conseguir imponer su criterio y quién va a ganar...
–Va a ganar Asturias porque vamos a tener mejores directrices para el comercio.
–Ha anunciado ajustes como consecuencia de la decisión del PP de tumbar el déficit, que impide a Asturias usar 29 millones. ¿Sabe ya dónde va a meter tijera?
–No, depende de cómo ejecutemos el presupuesto, pero, llegado el caso, evidentemente tendrán que salir del capítulo inversor.
–Han convertido esos 29 millones en toda un arma política...
–Quien lo ha utilizado como arma política es el PP porque no ha traído nada a cambio. Ha sido un acto de bloqueo absolutamente baldío que lo único que ha hecho es que Asturias disponga de 29 millones menos.
–Decía hace unos días que estaba «moderadamente satisfecho» con la ejecución de 2023. ¿Quiere decir que se podría haber hecho mejor?
–Quiere decir que hemos conseguido movilizar 135 millones de euros más con respecto a 2022, pero que porcentualmente hemos quedado exactamente igual, en un 70% más o menos de ejecución. Nuestra vocación tiene que ser mejorar este 70%.
–¿Cuál es el objetivo?
–Mejorar la ejecución en términos porcentuales. Y somos optimistas. Hemos activado una técnica presupuestaria que nos ha permitido movilizar en estos dos meses casi el 36%, siete puntos más con respecto a como estábamos el año pasado en estas fechas.
Echar de menos a Diego Canga
–Diego Canga ha visitado la región como alto cargo de la UE e insiste en que Asturias no recibe todos los fondos que podría recibir de la UE porque no se presenta a las convocatorias.
–Se le echa de menos. Tenía una actitud distinta a la del actual PP de Asturias. Pero se refiere a los fondos de concurrencia a los que tienen que aspirar las empresas directamente, no el Principado.
–Pero responsabiliza al Principado....
–La propia génesis de Oficina de Proyectos Europeos era tener esa comunicación directa con los empresarios, se constituyó un comité asesor para que estuvieran en continuo diálogo con nosotros, en nuestra web están publicadas todas las convocatorias y tenemos la mano tendida para ofrecer asistencia técnica a cualquier empresario, pero esto ya va a voluntad.
–Mucho se está hablando de la reforma del mapa sanitario. ¿Cuándo será una realidad?
–Llevará el tiempo necesario para lograr ese consenso que ya se está logrando entre la consejera, los agentes implicados y todo el personal sanitario. El único que se ha situado en el 'no' es el PP, pero esperamos que suceda lo mismo que con la ley de Les Escuelines y que sean los propios alcaldes quienes obliguen al PP a instalarse en el consenso. El objetivo es que la estructura del mapa esté terminada este año y sea una realidad el próximo.
–Barbón dijo que había vivido el adelanto electoral al Rectorado de la Universidad como una jugada de 'House of Cards'. ¿A usted que le pareció?
–Creo que el rector tiene motivos sobrados para convocar elecciones y, que esa situación haya cogido con el pie cambiado a quien pudiera estar interesado en presentarse, creo que es circunstancial. No creo que fuera el objetivo fundamental del rector.
–Un informe reciente dice que Asturias es la única comunidad en la que los menores de 21 años siguen pagando donaciones.
–Nosotros aplicamos un tipo súper reducido del 2% para rebajar la tributación en los primeros 150.000 euros. Otras comunidades establecen bonificaciones de carácter general que lo que hacen es neutralizar la progresividad del impuesto y no distinguir entre el tamaño de la renta, por lo que permiten un mayor ahorro fiscal cuanto más grande es la cantidad donada o heredada. Es una paradoja porque, realmente, lo que permiten es que ahorren más los que más tienen. Son medidas absolutamente regresivas y siempre las adopta el PP y la extrema derecha, porque son los intereses que ellos defienden. Pero esas rebajas de impuestos atentan a la sostenibilidad del sistema y, no en vano, son precisamente esas comunidades las que están reivindicando ahora fondos transitorios. Eso no es congruente.
–Aplicando esa progresividad de la que hacen gala, ¿cree que hay margen para seguir revisando en el Principado impuestos como Donaciones o Sucesiones? ¿Quizá también entre familiares no directos?
–Estamos evaluando constantemente el sistema fiscal y evaluar el sistema fiscal consiste en estudiar todas aquellas medidas que puedan tener sentido garantizando la sostenibilidad del sistema, la progresividad del sistema y también el aspecto económico. Es decir, que las medidas tributarias puedan ayudar a conseguir objetivos económicos de mejora de bienestar. Con esos tres criterios nosotros evaluamos siempre posibles medidas, aunque debo ser prudente. Pero sí, después de aplicarse la reforma en Donaciones con la que nadie contaba, seguimos evaluando el sistema fiscal y estudiando medidas.
–¿La presencia de IU dificulta esta revisión de la que habla?
–No voy a negar que IU tiene una visión un tanto distinta, pero lo importante es que el acuerdo de Gobierno contiene una única vision, que es mantener un sistema fiscal progresivo, lo cual facilita el trabajo.
–¿Se conoce a esta altura del partido el alcance real de las nuevas deducciones fiscales que se han ido aplicando?
–Estamos deseosos de conocer esa información, pero la Agencia Tributaria liquida a dos años vista por lo que, probablemente, a finales de este año tengamos los datos de 2022, que fue el año en el que se apostó ya decididamente por esta batería de deducciones. Calculamos, eso sí, que sería en torno a unos 32 millones de euros de ahorro fiscal para las clases medias.
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