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La psiquiatra María Jesús Antuña, impartiendo uno de los talleres de la jornada Dormir Sin Pastillas. E. C.

Primera oleada contra «la pastillina de dormir»: Salud contacta con 4.435 pacientes

Los profesionales sanitarios asumen que «no siempre hay un control y seguimiento posterior» de las recetas de benzodiacepinas

Jueves, 3 de octubre 2024, 02:00

El 50% de los pacientes que toman benzodiacepinas lo hacen durante más de dos años, incluso toda la vida, a pesar de que su ... consumo no está recomendado más allá de cuatro semanas. Influyen en ese porcentaje la alta dependencia que generan estos psicofármacos, utilizados para aliviar la ansiedad y el insomnio, así como el hecho de que «los pacientes rara vez ven un problema» en las «pastillinas de dormir». Pero no sólo.

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«Las prescripciones médicas constituyen la principal fuente de abastecimiento para las personas que abusan de las benzodiacepinas. Se recetan desde diferentes especialidades y no siempre hay un control y evaluación posterior», convenían los profesionales sanitarios que ayer participaron en la Jornada Dormir sin Pastillas. La autocrítica lleva consigo propósito de enmienda, ya que esta jornada se enmarca dentro de la campaña emprendida por la Consejería de Salud para revertir el excesivo consumo de fármacos hipnosedantes en Asturias.

Claves de la campaña contra la «pastillinas de dormir»

Comunicación.

Salud ha enviado cartas a 4.335 pacientes tratados por insomnio para animarles a dejar el consumo de benzodiacepinas o reducir las dosis diarias.

Prescripción recomendada.

Las benzodiacepinas deben recetarse sólo para problemas agudos, durante el menor tiempo posible (máximo cuatro semanas) y con la dosis efectiva más baja.

Tolerancia.

Las pastillas para dormir pierden entre un 10% y un 20% de su efecto al segundo día de tomarlas. A las tres o cuatro semanas, lo pierden por completo.

Calidad del sueño.

Dormir no es lo mismo que descansar, puntualizan los médicos. El 95% de los problemas para dormir se deben a una mala higiene del sueño.

«Es importante que los profesionales tengan herramientas para poder llevarla a cabo», explicó Sara González, encargada de la presentación oficial de la jornada junto a Elvira Muslera, ambas de la Oficina de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Servicio de Salud del Principado (Sespa). A proporcionar esas herramientas contribuyeron los talleres impartidos por la psiquiatra María Jesús Antuña, la especialista en Medicina de Familia Eva González y la pedagoga Beatriz Oliva.

La principal acción de la guerra que Salud ha declarado contra las benzodiacepinas consiste en enviar cartas a pacientes en tratamiento crónico por insomnio, previamente seleccionados por sus médicos de Familia. En esas misivas se informa sobre los efectos adversos de las pastillas para dormir, se anima a los destinatarios a dejar su consumo o reducir las dosis diarias, se dan pautas para una deshabituación escalonada y se ofrece acompañamiento médico en el proceso. Para empezar, Salud se ha puesto en contacto con 4.435 pacientes de toda Asturias.

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Consultas online

Se les remitieron dos tipos de carta diferentes. Hay 4.100 personas que recibieron un escrito con pautas individualizadas de deprescripción y recomendaciones para mejorar la calidad del sueño. Y a las 335 restantes «se les comunicó que se pusieran en contacto con su referente en salud al tratarse de situaciones más complicadas por un consumo de dos, tres y hasta cuatro benzodiacepinas, con nombres comerciales diferentes», señaló Sara González.

No se descarta otra oleada de cartas más adelante, porque «creemos en este proyecto». El objetivo: concienciar a los pacientes y a los propios profesionales para evitar el abuso y dependencia de unos fármacos que «no curan» «ni deben convertirse en tratamiento continuado», incidió la consejera de Salud, Concepción Saavedra, en la inauguración de la jornada que ayer se celebró en el Palacio de Congresos y Exposiciones del edificio Calatrava. «Se está incrementado el consumo de benzodiacepinas incluso en la franja de edad de 15 a 29 años, y eso sí que es preocupante», advirtió.

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Se habló ayer de los efectos secundarios de estos medicamentos, desde pérdida de memoria a mayor riesgo de caidas o accidentes; de la necesidad de aumentar el control sobre «la acumulación de este tipo de prescripciones en la receta electrónica»; y de las consultas médicas online, con profesionales de la sanidad privada, darle dosis que se nos escapan. que «facilitan recetas que el paciente puede imprimir en su casa».

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