PSOE e IU abren una nueva etapa tras cinco meses sin exhibir sus diferencias
Los socialistas aseguran que «la coordinación es impecable». El diseño del nuevo plan de residuos y el reglamento ambiental medirán la solidez de la coalición
«Somos un único gobierno, no dos». El 28 de julio Adrián Barbón, en nombre de la Federación Socialista Asturiana (FSA), y Ovidio Zapico ... , por parte de IU-Convocatoria, sellaban un acuerdo de coalición repitiendo una consigna que durante un tiempo tuvo más de voluntad que de realidad. Ahora que se va a cumplir un año de Ejecutivo común el repaso a la hemeroteca constata una primera etapa de aterrizaje y exhibición de diferencias a un ritmo de una al mes, y otra de consolidación y saber lavar los trapos sucios en casa antes de mostrarlos al público. Por partes.
Entre septiembre y febrero se registraron seis sismos de diferente intensidad y misma secuencia. El socio menor, IU-Convocatoria, mostraba en público su malestar para defender su espacio. Sus quejas de arrollarles se dirigieron cuatro veces contra el presidente Adrián Barbón y dos contra la consejera de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí.
Al primero se le recriminó en septiembre que anunciara la concesión de la Medalla de Asturias a la Princesa Leonor y que planteara una ecotasa voluntaria para los concejos. En enero IU-Convovatoria discutió en público la amenaza que deslizó el presidente a los trabajadores de la ITV, indicando que de persistir su huelga se abriría a un cambio de modelo. El último pulso, el pasado febrero, lo provocó la intención del presidente de agrupar en una misma macroconsejería las áreas de Cultura y Derechos Sociales, de la que desistió con rapidez, en menos de 48 horas.
Con Roqueñí la tensión subió cuando en septiembre aseguró que la Ley de Calidad Ambiental «no se toca» y amenazó con desbordarse en diciembre cuando abrió la puerta a la instalación de aerogeneradores en la zona central.
En el conflicto por la ITV y por la nonata macroconsejería la coalición encontró su Rubicón. No han trascendido desde entonces fricciones y sí puestas en común. La huelga en las estaciones de la inspección técnica, enquistada durante meses, se solventó en pocos días tras intervenir en tándem la vicepresidenta, Gimena Llamedo, y el líder de IU, Ovidio Zapico. Al aluvión de proyectos para instalar parques de baterías se respondió con una ordenación acordada (y presentada) por Zapico junto a Roqueñí. Las diferencias con las directrices del comercio fueron reconducidas sin más coste que enervar al alcalde de Siero, Ángel García 'Cepi'. La interlocución interna ha ido así mejorando en un contexto, las elecciones al Europarlamento, donde los socios evitaron la competencia directa.
«La coordinación con los socios de gobierno es impecable y seguiremos trabajando conjuntamente en todo lo que sea mejorar la vida de los asturianos y aprovechando las oportunidades económicas de la región», valoraba ayer Álvaro Valle, secretario adjunto de Acción Política e Institucional de la FSA. En IU-Convocatoria coinciden en que el Ejecutivo ha aprendido a trabajar el día a día de forma engrasada y ven llegado el momento de parar el balón y poner luces largas. De ahí que el portavoz parlamentario, Xabel Vegas, propusiera en EL COMERCIO una «evaluación» del preacuerdo que sirva para fijar «nuevas prioridades».
La vivienda por bandera
La idea es, pacificada la gestión de lo inmediato, reforzar el mensaje político de un gobierno en minoría dentro de la Junta General y fuera: son las derechas las que ganan poder comicio tras comicio. Se habla de escenificar evaluaciones semestrales y hay coincidencia en hacer de la vivienda una de las banderas de la legislatura.
El segundo semestre viene con exámenes que pondrán a prueba la solidez de la coalición y para los que ya se hacen deberes. Toca preparar un nuevo plan de residuos y decidir qué hacer con el combustible de basura; para evitar fisuras las partes trabajan en una debate social en el que tengan voz los ecologistas. El reglamento de la Ley de Calidad Ambiental se da por encarrilado a expensas de los ajustes que pidan los alcaldes. Otoño será también el tiempo de cuadrar los presupuestos entre consejerías y mostrar hasta dónde llega esa apuesta por la vivienda.
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