«Quieren aplicar la LOMLOE con un acuerdo de plantillas de hace 20 años»

Es profesor de Secundaria. Su plaza está en el IES Bernaldo de Quirós de Mieres, «el mejor sitio del mundo mundial». Pero la labor de Cristóbal Puente no está ahora en las aulas, sino al frente del sector de la Enseñanza de UGT, responsabilidad a la que llegó hace dos años, con Carmen Suárez de consejera. Fue Puente especialmente duro con su gestión y el primero en pedir su dimisión. Desde hace un año las sensaciones son otras. Pero el discurso vuelve a ser muy crítico.

-Su última reivindicación está relacionada con las plantillas de los centros escolares.

-Geles (exdirectora del colegio Miguel de Cervantes de Gijón, que presentó su dimisión por desacuerdos con consejería) ha puesto voz a una demanda que hacen los equipos directivos, las organizaciones sindicales y las federaciones de padres. Hay unanimidad. La LOMLOE habla de educar por proyectos, por competencias y de avanzar en una enseñanza individualizada. Y eso requiere más recursos. No puedes pretender aplicar una ley como la LOMLOE con un acuerdo de plantillas de 2001. Un sistema de hace 20 años para una ley que pretende ser la ley del siglo XXI.

-¿Ese acuerdo determina cuántos docentes debe haber por alumno?

-Sí. Pero esos acuerdos no sirven. Hay que sentarse a valorar de forma serena, tranquila y profunda un nuevo acuerdo de plantillas que reduzca la ratio del alumnado, la carga lectiva del profesorado, la burocracia... Cada nueva ley, y vamos por la octava, viene acompañada de nuevas exigencias al profesorado, pero no de los recursos correspondientes. Y pongo un ejemplo. Hay una nueva figura, la del coordinador de bienestar, que es una buena idea. Pero llega sin recursos: se debe elegir una persona del claustro a la que se facilitará una reducción de una hora lectiva si hay posibilidad. Al final, todo recae en los hombros del profesorado...

-Cada vez hay menos alumnos. ¿Por qué entonces se necesitan más docentes?

-Esa es la trampa de la estadística. El Principado dice siempre que tenemos una de las ratios más bajas de España, y es verdad. Pero está determinado por las condiciones de los centros en Asturias, con mucho ámbito rural, que es el que baja la media. Pero en los colegios e institutos de Oviedo, Gijón y Avilés hay la necesidad de bajar la ratio y contratar. A lo mejor el problema es que no acabamos de creernos la ley, una ley socialista, con la que en UGT estamos de acuerdo, pero que exige trabajar de una manera determinada: reducir las ratios y contratar más profesorado.

-¿Está en la agenda la negociación de plantillas o ratios? ¿Es viable ahora?

-Hace un año aproximadamente la consejera nos reunió a las organizaciones sindicales. Le hicimos propuestas: reducir ratios, carga burocrática, carga lectiva, mejorar los acuerdos de permisos... La consejera tomó nota. Estamos a la espera. Le hemos pedido una reunión y nos ha remitido a sus directores generales. Se está negociando el proyecto de presupuestos y no sé si contempla algo que mejore las condiciones laborales del profesorado.

-Dice que no conocen qué se va a incluir en el presupuesto, pero ¿otras veces sí ha habido una negociación previa?

-No. Ese es el problema. El político ve más útil un kilómetro de carretera que invertir en educación, porque la carretera se ve pero la educación es una inversión a medio o largo plazo. Y como los políticos están pensando siempre en las próximas elecciones...

-¿Tienen calculado cuánto debería aumentar la plantilla?

-No puedo dar cifras. Respecto a las plantillas hay dos procesos de negociación, el de la plantilla orgánica y el de las necesidades.

-Pero es que ya no hay acuerdo en la orgánica...

-Claro. Son algo más de 9.000 docentes y están trabajando 14.000. Es evidente que la plantilla orgánica es insuficiente. De ahí deriva el problema, en que hay que hacer unas 4.000 contrataciones para que el sistema funcione. Y entonces hay una tasa de interinidad que es una absoluta inmoralidad. La orgánica es tan ajustada que los profesores solo pueden dar clase. Y hoy en día la educación no es solo dar clase, hay que desarrollar todo tipo de proyectos y eso no se saca de la chistera. Al final, tiene que salir del voluntarismo del profesorado y eso acaba en hartazgo. ¿Cómo puede ser que, siendo la profesión más maravillosa del mundo, el 99,9% de los que llegan a 60 años y pueden jubilarse se vayan? Porque tienen la sensación de que no es una profesión dignificada. Y dignificar no es solo el salario.

-Se les sigue diciendo: tienen muchas vacaciones.

-Es una falsedad. La gente cree que trabajamos solo los 177 días lectivos. Es como decir que Usain Bolt trabajaba solo los 8 segundos que competía. Y hay una peculiaridad: un A1 del profesorado, comparado con un A1 del resto de la Administración, gana 700 u 800 euros menos. Pero es que, insisto, no es una cuestión de dinero. Con que no abuses, con que la burocracia no te aplaste, que el número de alumnos y horas sea razonable...

-Dice que no es cuestión de dinero, pero siempre lamentan que tienen los salarios más bajos de España.

-Es así. Somos los peor pagados, pero nuestros alumnos son de los mejor valorados.

-Además de plantillas, salarios, ratios... ¿Qué otros asuntos hay sobre la mesa?

-La pieza angular es la dignificación de la profesión. En otras comunidades se van dando pasos. Veo el acuerdo que acaban de alcanzar en Extremadura y se me caen las lágrimas...

-Hablaba de las cuestiones que propusieron a la consejera tras su llegada. ¿Qué avances ha habido en este tiempo?

-Ninguno. Ha habido un cambio en las formas, eso no se puede negar. Pero eso no es suficiente. Quiero menos forma y más contenido. Es una política de inauguraciones, página de Facebook, actos... y eso a las organizaciones sindicales nos interesa más bien poco. Queremos avances tangibles que mejoren las condiciones del profesorado.