PP, C's y Vox refuerzan su rechazo a la oficialidad y ven «un fracaso» la marcha
«Han ido los de siempre», aseguran, mientras el portavoz de Foro agradece en asturiano el apoyo que le dieron en la lectura del manifiesto
CHELO TUYA
GIJÓN.
Domingo, 17 de octubre 2021, 01:24
Movilizarse para permanecer en la misma posición. La XXXIV Marcha por la Oficialidad del Asturiano que ayer recorrió las calles de la capital con la ... participación de más de 30.000 personas, según la organización, la Xunta pola Defensa de la Llingua, o de 5.000, según la Policía Local de Oviedo, ha servido para consolidar las posiciones eternamente enfrentadas.
Por un lado, los partidos afines a la oficialidad de la lengua vernácula, Podemos, IU y, también, el PSOE, esperan que esta haya sido la última marcha para lograr la equiparación entre el asturiano y el castellano. Por otro, los contrarios a ese paso, PP, Ciudadanos y Vox, consideran que la manifestación «fracasó» y que «no hay demanda social».
En el medio, Foro, formación que ayer solo quiso pronunciarse para agradecer el apoyo de los manifestantes al acoso sufrido por su portavoz, Adrián Pumares. La imagen del portavoz de la formación fue utilizada por Vox en una pancarta contra la oficialidad. Pumares, no obstante, dio las gracias en asturiano.
Gracias no, pero «respeto absoluto por todas las personas que se manifiestan» sí dejó claro la presidenta del PP asturiano. Teresa Mallada aseguró comprender que «cada uno defendemos lo que creemos», pero sí les lanzó una petición: «Me gustaría, ya que va a ir el PSOE, que los que se manifiesten le pregunten a Adrián Barbón qué es lo que quiere hacer en materia de cooficialidad en nuestra región».
Consecuencias desconocidas
Lodice porque asegura Mallada que «a día de hoy hemos sido incapaces de que el presidente del Principado nos diga qué pretende con la cooficialidad y qué consecuencias va a tener». Unas consecuencias que, aseguró, «a día de hoy desconocemos completamente».
Desde Ciudadanos, su portavoz Susana Fernández se mostró convencida de que «la manifestación ratifica, tal y como aseguró siempre nuestra formación, que no existe demanda social». Lo dice Fernández porque entiende que «llevan semanas llamando a la movilización y hoy (por ayer) estaban todos los que son, que apenas representan al 3% de los asturianos».
A su juicio, «ha quedado patente que la cooficialidad 'amable' de la que habla el señor Barbón es una falacia y que, como ya insistimos en numerosas ocasiones, la cooficialidad conlleva obligaciones, tanto para el sistema sanitario y educativo como para el acceso a la Administración pública, por ejemplo».
Para la portavoz de la formación naranja, «los problemas que preocupan a los asturianos son la economía y el paro, no la oficialidad y la participación en la manifestación lo demuestra».
Chiringuitos comunistas
Las críticas más duras llegaron desde Vox. Su portavoz, Ignacio Blanco, ironizó sobre la afluencia a la manifestación. «Había más gente en el stand de Asturias en el 'Viva 21' celebrado la semana pasada que en la manifestación con toda la maquinaria de izquierdas. Pensé que habría más gente, convocando PSOE, IU, Podemos, UGT, CC. OO. y toda la retahíla de chiringuitos comunistas» que, aseguró «se nutre con autobuses desde León o El Bierzo».
Como la portavoz de Ciudadanos, cree Blanco que la cifra de asistentes «es la confirmación de que no hay demanda social», aunque a diferencia de la presidenta del PP, no muestra el portavoz de Vox respeto alguno por los asistentes. «Una manifestación soportada en recursos públicos para imponerle a un millón de asturianos una lengua inventada es una vergüenza», dijo para, a renglón seguido, calificar de «vergüenza ver banderas de Andecha Astur, los amigos de Bildu, banderas comunistas, responsables de 100 millones de muertos, la bandera asturiana con la estrella comunista que no se ve ni en Bimenes o banderas de la CNT, que fueron condenados por hostigar y arruinar a pequeños empresarios».
Considera que lo ocurrido ayer en Oviedo es «una manifestación de totalitarios» que «no buscan reconocer derechos que ya ampara la ley de promoción y uso de 1998», sino «restringir los derechos de una mayoría que no queremos que nos obliguen a aprender la Llingua».
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