«En la residencia de Grado se vive como en un hotel de cinco estrellas»

El 26 de abril de 2020, Isabel García Sánchez estaba encerrada en su habitación. Como ella, el resto de usuarios del geriátrico en el que vive desde hace 19 años. Desde que volvió a España tras pasar toda la vida en Cuba, a donde llegó con dos años de la mano de sus padres, emigrantes. Como no le gustan las fiestas, no le importó celebrar así su 99 cumpleaños.

No ocurrirá lo mismo para su centenario. «No quiero fiestas, pero sí invitaré a merendar», asegura, en una reflexión que sus compañeros de la residencia pública de Grado comparten, pero discuten. «Cien años hay que celebrarlos y algo haremos», aseguran ante las risas de la protagonista.

Porque Isabel García Sánchez es uno de los motores del centro geriátrico moscón. «Pasé la covid, pero no me enteré», aseveración que respaldan los profesionales del centro. «Lo descubrimos en una prueba, pero ella no tuvo ningún síntoma».

Como no lo tiene de ninguna otra patología. «Es la vida, es cómo la vivas. Yo estuve en España, en Cuba y ahora en España. Me siento feliz y quiero que todo el mundo se sienta bien».

Para ello, se ha hecho con las redes sociales de la residencia moscona. «Es ella la que nos lleva el Facebook», aseguran, mientras ella lo demuestra desbloqueando su móvil con el reconocimiento facial y mostrando el último whatsapp que mandó a su prima «que vive en Argentina y a la que mando mensajes todos los días».

No es la única tecnología que maneja. Controla a diario sus pasos, respiración y pulsaciones con la pulsera de actividades de última generación que maneja. «Cuando volví a España, aquí, a Grado, me apunté a cursos de internet. Me daba igual que lloviera o estuviera frío, no me perdí ni una clase». Y se nota.

Lista de espera

Ahora, con las puertas de la residencia de nuevo abiertas, asegura que «ya no me apetece tanto salir», pero lo dice porque tiene que usar un andador para caminar «y hay muchos obstáculos». No obstante, tiene claro que «al parque iré todos los días», y a tomar algo con una sobrina. «Soy más de salado que de dulce, pero como de todo».

Sobre el protagonismo de Grado durante la primera ola de la pandemia, Isabel García confirma que «fue muy duro», pero deja claro que «en esta residencia se vive como en un hotelito de cinco estrellas». Y como prueba, afirma, «que todo el mundo quiere venir».

La trabajadora social, Nuria Gil, confirma que «siempre hemos tenido mucha lista de espera por el tipo de residencia, la ubicación y la relación con Grado». Ser Moscón de Oro 2020 también suma en el currículo.