La acusada de asestar 35 puñaladas a su novio en Lugones «distingue el bien del mal»
Los forenses aseguran que la discapacidad de Ana María G.H. es leve y destacan la «gran violencia física» que empleó en el crimen
JUAN VEGA
LUGONES.
Jueves, 3 de diciembre 2020, 02:12
El equipo de médicos forenses afirmó ayer que Ana María G.H., acusada de asesinar a su pareja, Miguel Ángel Suárez, 'Míchel', asestándole, presupuesto, 35 puñaladas, es «capaz de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal». Así lo trasladaron en la segunda sesión del juicio, con jurado popular, ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo. Una jornada en la que se desarrollaron los aspectos más técnicos para esclarecer los detalles del suceso que tuvo lugar la noche del 17 de julio de 2018, en Lugones. Ana María G.H. se enfrenta a 25 años de prisión por un delito de asesinato.
La conclusión de los expertos rebate el principal argumento de la defensa, que sostiene que la discapacidad mental que padece la acusada sumada a su presunto consumo de alcohol y drogas la fatídica noche desencadenaron en ella «un delirio» del que no fue consciente hasta horas más tarde. «La discapacidad de la acusada es leve y sabe diferenciar entre lo que es lícito e ilícito», aseguró, sin embargo, una de las forenses, quien apuntó que si el grado de su discapacidad fuese mayor estaría incapacitada para realizar tareas complejas, como, por ejemplo, modificar la escena del crimen. «Esto nos indica que ella sabe que ha hecho algo grave; niega los hechos, por lo que sabe cuál es la trascendencia de los mismos», añadió.
También descartaron la posibilidad de que la acusada hubiese sufrido un delirio producido por el abuso de drogas, debido a que los informes médicos revelaron que, únicamente, había consumido cannabis y no alcohol y drogas duras, como aseguró en la primera sesión de la vista oral.
En relación a lo anterior, destacaron que quien sí presentaba una tasa de alcohol en sangre de cuatro gramos (a partir de tres existe riesgo de sufrir un coma etílico) era la víctima. Una cantidad que les llevó a determinar que durante el momento de su muerte se encontraba en un «estado comatoso». «No podemos determinar si sufrió o no, pero sabemos que no pudo defenderse», indicaron. Una versión que corroboraron los peritos: «No se encontró ningún signo de lucha».
Al inicio de la vista oral prestó declaración una mujer que aseguró que mantenía una relación con la víctima desde hacía diez años. También dijo que la acusada solía amenazarle a través del teléfono. «'Míchel' es para mí o para nadie», declaró que le advertía Ana María. La última supuesta amenaza, desde el móvil del fallecido, sucedió dos horas después de su muerte.
«Gran violencia física»
Durante la prueba pericial, también quedó demostrada la «gran violencia física» que empleó la procesada para, presuntamente, terminar con la vida del hombre. El informe de las forenses recoge que las 35 puñaladas «llegaron a alcanzar músculo y hueso». Treinta de ellas fueron dirigidas a la zona del cuello, siendo catalogada la décima como «mortal de necesidad».
Está previsto que el juicio continúe hoy, a las diez de la mañana, para que todas las partes presenten sus informes y dar la posibilidad a la acusada de ejercer su derecho a la última palabra. Seguidamente el jurado popular se retirará a deliberar para emitir un veredicto sobre la culpabilidad de Ana María G. H.