«No nos importa aguantar el polvo de las obras porque Amazon traerá empleo»

«Ahora mismo vivimos rodeados de polvo, pero no nos importa aguantarlo un tiempo porque pensamos que Amazon traerá empleo a la zona y será beneficioso a largo plazo». Es el sentir general de los vecinos de la parroquia de Bobes que están siendo testigos directos del imparable avance de la construcción del centro logístico de la multinacional americana en el área industrial de la parroquia sierense.

El inicio de la construcción del centro logístico ha conseguido adelantarse un mes con respecto a los plazos que se habían establecido para la fase de cimentación de la nave principal, que levantarán posteriormente más de 400 operarios.

En 'primera línea de Amazon' lleva viviendo más de medio siglo José Luis Alonso, de 73 años. «Cuando yo llegué solo había prado», bromea. Para él, a pesar de la cantidad de polvo que se levanta, fruto del trasiego de vehículos y de los movimientos de tierras, la construcción de la nueva sede de la compañía solo encierra aspectos positivos: «A mí ya no me va a beneficiar, pero tengo varios nietos que pueden llegar a trabajar ahí, eso siempre es bueno». Alonso sabe lo que es trabajar para una gran multinacional ya que fue empleado de la fábrica que Coca-Cola tenía en Colloto y, por eso, tiene claro que «todo» serán beneficios para la zona.

Joaquín Amores también posee una vivienda a escasos metros del epicentro de donde se están realizando los trabajos. Es uno de los vecinos a los que expropiaron los terrenos para levantar el polígono hace más de una década. Los retrasos, de años, convirtieron la zona en una «nido de polvo y culebras», por lo que ahora comienza una nueva etapa: «Ya que nos quitaron el terreno que por lo menos hagan puestos de trabajo; aquí, ahora, no se está a gusto, es lógico, pero sabemos que luego el beneficio será mayor», aseguró.

Nacho Arbesú, propietario de Carrocerías Arbesú, nunca imaginó que su empresa, instalada en Bobes desde finales los años 70, estaría al lado de una de las compañías más grandes del mundo. «Estamos seguros de que nos va a dar visibilidad; la gente que vaya a trabajar al polígono podrá dejar su coche aquí, por ejemplo», asegura. La llegada potencial de nuevos clientes con nuevas necesidades también ha propiciado que Arbesú no descarte dar un giro a su negocio, en función de la demanda. «Nunca se sabe», abunda.

La actividad no cesa en la pequeña parroquia sierense y tampoco en sus alrededores, donde se concentra en grueso de las empresas del municipio. A tan solo cuatro carriles de separación de la nueva sede de Amazon se encuentra el polígono de Proni. Sus 300.000 metros cuadrados lo convierten en el más grande de la zona, hasta que se complete el de Bobes. Su presidente, Gonzalo Alonso, destaca que el impacto de la llegada del gigante americano aún «no» se ha traducido en la implantación de nuevas industrias, pero sí espera que comience a funcionar su imán de atracción, en un futuro no muy lejano: «Tenemos la esperanza de que la irrupción de Amazon sirva de un empuje para la zona centro de Asturias».