«El incendio se ha llevado el trabajo de una vida, llevábamos 26 años en la misma nave»
Santos Borbolla, dueño del edificio que ardió en El Berrón, estima que el fuego quemó unas 400 máquinas de su empresa
I. GARCÍA
EL BERRÓN.
Lunes, 20 de febrero 2023, 03:28
El fuego que este sábado devoró una nave industrial a las afueras de El Berrón lo hizo llevándose por delante el trabajo «de toda una vida». «26 años llevábamos en el edificio», explica el propietario del mismo, Santos Borbolla, quien no oculta la dureza de la situación: «¿Dormir? Imposible». La situación, reconoce, «sigue igual» que el sábado y por ahora las investigaciones siguen sin esclarecer qué pudo originar las llamas en el segundo piso del inmueble, que rápidamente se propagaron y convirtieron la nave de la avenida de Santander en una bola de llamas durante la tarde del sábado.
«Donde se inició el fuego no hay ni enchufes, así que no sabemos lo que pudo ser». Borbolla calcula que «entre grandes y pequeñas» cerca de «400 máquinas» se perdieron en el devastador incendio. Solo una quincena de cortadoras y herramientas de jardinería se pudieron salvar en los primeros compases del fuego.
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Pese a todo, Borbolla ya está pensando en dar respuesta a sus clientes. «Estamos preparando el local de al lado para trabajar mañana (por hoy)», destaca el también director del grupo Bollabor, quien tiene claro que es la manera de poder atender «a los muchos clientes que tienen máquinas nuestras y que ahora van a estar preocupados».
En el inmueble calcinado por el fuego, el único que ardió y que pudo ser controlado tras dos horas de trabajo a fondo de los servicios de extinción en la tarde del sábado, sigue sin entrar nadie. «Como está con amenaza de caer no dejan entrar», refiere su dueño, asumiendo que, irremediablemente, el único destino que le aguarda a la nave es su derribo. «El edificio va a haber que demolerlo y construir otro. Se te va el trabajo de 26 años...», acierta a decir al respecto.
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De las pocas noticias que aliviaron a Borbolla es que el fuego no se extendió a la nave contigua, también suya. Desde allí, tratará de volver a levantar el ánimo de una empresa familiar, de tan solo nueve trabajadores, a los que el sábado la tragedia les destruyó el lugar de trabajo. «No nos queda otra», apunta.
