«Las nuevas sedes del etnográfico están a punto de inaugurarse»

-¿Qué supone ser el primer cronista oficial del concejo?

-Una gran satisfacción. Lo que más me agradó y me llevó a aceptar el puesto fue que saliera de la sociedad civil, que fuera una propuesta de diferentes asociaciones locales y que fuese aprobado por unanimidad en el Pleno.

-¿En qué proyectos está inmerso?

-Estoy trabajando en una guía dedicada al concejo de Grado para el Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea). Es un proyecto que hago en mi tiempo libre y espero finalizarlo para finales de este año o principios del próximo. Además, estoy con un estudio sobre la sidra en el concejo y tengo el objetivo de hacer un trabajo sobre el patrimonio inmaterial de Grado: el bron, la jerga de los caldereros de San Juan de Villapañada; la puja de Coalla, las novenas de El Fresno...

-¿Hay tradición sidrera?

-Antes de la guerra civil hubo muchas familias que vivían de la sidra. Hubo hasta una fábrica de sidra achampanada, la Reina de Asturias. Se piensa que no hubo tradición sidrera, pero sí que hubo muchos productores, llagareros y gente que vendía manzana para sidra y que exportaban sidra para Madrid.

-El hórreo de Sama fue derruido por el impacto de un camión.

-Si tengo que salvar un solo hórreo del concejo, salvaría el de Alfonso por el valor histórico que tiene. Es de la media docena que hay en Asturias que conserva fecha del siglo XVI, es de 1510. Este y otros cinco sirvieron para datar el ' villaviciosa' o de tradición románica.

-Gran parte de este patrimonio se encuentra en un estado lamentable.

-El problema que se encuentra la administración local para intervenir es de tipo presupuestario. Además, los hórreos y las paneras tienen propietario. Desde el Ayuntamiento, durante años, se trató de salvar un hórreo del siglo XVI de Rubiano, que al final conseguimos recoger y conservar sus piezas. El problema era que tenía varios herederos, salvo uno, el resto vivían fuera de España.

-La villa no conserva ninguno.

-Solo se conservan seis paneras y no hay ningún hórreo en pie. Lo cual no quiere decir que no los hubiese, la toponimia así lo refleja. Hay documentación en el Archivo Histórico del siglo XIX que ordena la retirada de una serie de hórreos y paneras del centro de Grado para dejar sitio al mercado de los miércoles y domingos. De las seis paneras, una es municipal y la otra es de la antigua sidrería El Infierno. El Ayuntamiento lleva tiempo intentando hacerse con ella. Podría servir para convertir ese entorno en una plaza etnográfica. Las paneras de la calle del Bolado están en un estado lamentable, es una pena por su valor, pero el Ayuntamiento no puede asumirlo económicamente.

-¿En qué momento se encuentra el Museo Etnográfico?

-En pleno proceso de transformación con varias sedes. Está la ya tradicional de La Cardosa, donde permanecerá la cultura más rural y tradicional, y la parte dedicada a la guerra civil; y una segunda sede en el centro de Grado se inaugurará próximamente: el Palacio de Fontela. La tercera sede es la Casa de Cultura, que alberga exposiciones.

-La construcción del auditorio marcha a buen ritmo.

-Era una necesidad. Grado necesitaba un espacio polivalente para albergar obras de teatro y espectáculos musicales. Grado no está programando actividades de este tipo porque no hay dónde hacerlo. También se espera proyectar cine comercial si se logra algún acuerdo.

-La propiedad cedió gran parte de Almacenes Miranda.

-Era lo que llamaban antiguamente unos coloniales. Era un gran almacén que vendía al por mayor. Exportaban cantidades industriales de avellana. Además, en Jaén producían su propio aceite, que traían y embotellaban. Esta tradición de Almacenes Miranda también se recordará en el museo. Abasteció a los pequeños comercios locales y durante mucho tiempo fue de gran importancia en Grado. La familia pertenecía a una asociación que había de exportadores y hemos recuperado documentación valiosa.

-La Casa de Cultura registra gran actividad.

-Sin contabilizar los cursos, se hicieron 667 actividades en 2022: 58 actividades literarias y de poesía, 45 conciertos, 26 obras de teatro, 113 charlas y conferencias, 30 exposiciones y 7 proyecciones de películas. Todo apunta a que hemos batido el récord después de la pandemia.